Visitas a mi vecino (Un encuentro fortuito)
Fecha: 22/06/2019,
Categorías:
Gays
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
De la manera más inesperada Diego se vio envuelto en la celebración del cumple de Gustavo, y aunque no lo dejó demasiado tarde, llegó a casa sin fuerzas para escuchar a su abuelo, que estaba preocupado por una conversación que había mantenido con su tía Ana. - ¡Vaya horitas!, Diego… y yo esperándote confiado en que llegarías hoy un poco antes. - Lo siento “abu”. Me han invitado a un cumple y se me ha ido la olla... - No es que pase nada, pero tu tía Ana me llamó después de comer y me comentó que lleva unos días sin ver a Ariel; y está preocupada, porque ni siquiera ha podido hablar con él. Por lo visto lleva un tiempo combinando turnos de tarde y noche, y no consigue estar en casa mas que por las mañanas. Y, claro Ariel llega alrededor de las 14:30... Yo pensaba acercarme a ver si le veía, para estar un rato con él… y ya sabes, charlar un poco... y, sobre todo, para saber donde se mete y que hace; pero no he podido acercarme en toda la tarde. - Pues yo vengo matáo, “abu”. Espera que miró en mis contactos, a lo mejor le tengo y puedes hablar con él... ... ¡sí!, aquí lo tengo… - ¡Oye!, ¿Ariel?… ¿eres tú? - ¡Hombre, abuelo!... ¿qué tal estás? - ¡Bien, hijo! Y ¿tu?… - ¡Bien, también! - ¿Estás en casa? - Bueno, estoy aquí abajo, sentado en un banco con unos amigos, tomando el fresco, ¿por? - ¡Tu madre!, que ha perdido el móvil... o se lo han robáo, o lo que sea, y ha tenido que llamar aquí, porque dice que está harta de llamar a casa inútilmente. No se acuerda de tu número de tu ...
... móvil… Según me ha dicho, hace días que no te ve… ¿dónde te metes?, ella sale a las 14:30 de casa. Ariel no dijo nada, solo escuchó a su abuelo... Que sepas que está semana tiene doble turno, y no llegará a casa, hasta por la mañana. No te preocupes ¿vale? - ¡Vale, abuelo!, ahora la llamo… … ¡un beso! - Pero, ¿tienes el teléfono del hospital? - ¡Ay va!, ¡es verdad!… solo tengo su número de móvil. - Pues, a mí, es que tampoco me ha dejado ningún número para llamarla, hijo. Y ha colgado antes de que pudiera pedírselo... ... ¡a ver qué haces! Un beso, hijo. ¡Adiós! - ¡Adiós!, abuelo. - ¿Que?... ¿ya has hablado con él?... ¿qué dice? - Nada especial, está con unos amigos tomando el fresco. - ¡Ves, “abu”!. No hay nada de qué preocuparse. Pero Ariel solo podía pensar en lo bien que se lo había pasado por la tarde, en casa de ese señor; Alejandro, dijo que se llamaba. Ese tío le gustaba a tope, y quería repetir. Así que, se despidió de los chicos y subió a casa. Tenía que prepararse; y además, no quería que le vieran salir. Salió a la terraza, que estaba a oscuras, y se quedó un rato mirando; hasta que, poco a poco, vio cómo se iban retirando. Ya solo quedaban Julio e Iván, pero no tardaron mucho en irse… Se puso los pantalones de running rojos, que le quedaban perfectos y contrastaban con el tono de su piel, las adidas y su camiseta preferida; una gris bastante holgada y sin mangas, y muy desgastada. Salió de casa y cruzó la plaza simulando hacer running, pero se paró justo enfrente ...