Despertar
Fecha: 24/06/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Pedro -¿Cómo vas a quedar embarazada?-, sin soltar las tetitas que seguía teniendo en sus manos y toqueteaba. -Yo lo se, lo se- repuso Delfina con autoridad y sin moverse de donde estaba– Lo sé porque siempre la oigo a mi hermana cuando está con el novio en casa. Yo siempre la suelo estar espiando a mi hermana Elvira a ver qué hace con el novio. El otro día, que estaba con su novio de visita en casa y él le besaba la boca, ella lo detuvo. Delfina hizo un alto para aumentar el interés y ansiedad del auditorio. Pedro la apretó un poco para que no se le fuera. Luego siguió: -Él le había metido la mano bajo el vestido y la tocaba entre las piernas, mientras no dejaba de besarla. Elvira, que respiraba pesadamente, estaba como entregada, cuando él la besaba lo paró y le dijo: -Eso no-, y como él insistía preguntando por qué, y le decía otras cosas que no escuché, ella argumentó: -no quiero quedar embarazada-. Delfina se detuvo nuevamente. Todos escuchábamos atentamente tratando de entender y aprender. Nunca habíamos pensado en embarazos, pero si los mayores no los querían, nosotros tampoco. Pedro soltó una de las tetitas y bajó su mano hasta la entrepierna de Delfina, donde se detuvo a hurgar cuidadosamente. -Yo lo se bien,- dijo Delfina sin moverse de donde estaba y con aires de sabedora, -porque entonces él le dijo otra cosa que no entendí. Yo oí que él le pidió otra vez que le diera un beso, insistentemente. Un beso, si, pero esta vez no en la boca, porque ella no quería y es ...
... peligroso, porque te puede dejar embarazada. Así que le pidió un beso en otra parte y ¿saben dónde?, en el pito. Yo no sabía que se besaban en el pito-. Nuestra atención y curiosidad se dispararon. Todos nos reímos nerviosamente, queríamos oír más y saber. Pedro le agarró y le apretó la conchita con toda la mano como queriendo arrancársela, y Delfina siguió contando: -El había sacado el pito. Era un pito grande, largo y grueso, con una punta colorada brillante. Se lo mostraba y le pedía a Elvira: -dame un beso acá entonces-. Por supuesto que seguía con sus manos entre sus piernas y le había sacado una tetita al aire. A mi hermana que al principio no quería besarle el pito, pero tanto insistió él, amenazando con irse, que ella después de dudar mucho cedió, para que él no se fuera, y entonces le agarró el pito, así como hice yo con César y le dio un beso en la punta. Todos atendíamos callados, absortos, sin saber qué hacer. Los chicos se tocaban el pito que algunos habían sacado. -Bueno- le dijo Pedro sacando el suyo. –Besámelo entonces-. Delfina lo miró indecisa, en definitiva no era su novia…, y ella era como que se debía a César. Su hermana Elvira lo había hecho, pero era con su novio, le dijo, mirando a César; Se lo dijo, pero el ambiente era propicio y Pedro insistió de modo que una vez más Delfina cedió, se incorporó un poco, se dio vuelta, le tomó el pito en su manito, se inclinó hacia él y se lo besó. Pedro había dejado de tocarla y el traje de baño le había quedado en la ...