Despertar
Fecha: 24/06/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... cintura; sus tetitas amagaban colgar. Le dio un beso seco y corto en el cuerito de la punta, un beso más de compromiso que de lujuria y lo dejó. Ahí nomás todos pretendieron su beso. Desde entonces, se produjo una nueva situación entre nosotros, que afectó las relaciones y nuestros juegos. Todas las siestas o las tardes cuando nos juntábamos, en la rueda de los chicos, comenzábamos ahora a sobetearnos y besuquearnos, pero nunca en la boca. Los varones aprovechaban para explorarnos, tocando nuestras colas y nuestras tetitas, y luego, ellos los varones sacaban sus pitos, y nos pedían que los besemos y que los toquemos, y nosotras, entre pícaras y juguetonas, lo hacíamos. Algunas les dábamos un solo beso, otras, más lanzadas, se entretenían en repetirlos besuqueándoles el pito; también fuimos avanzando, porque se hizo frecuente que dejáramos los trajes de baño y nos metiéramos al agua en cueros y luego pasábamos así el resto de la tarde; También se hicieron frecuentes los abrazos, toqueteos y besuqueos y que mientras teníamos a mano el pito de alguno de ellos, aprovechábamos para tomarlos en nuestras manitos y acariciarles sus bolitas, que nos parecían fascinantes, y sentir la suavidad de la piel de esos pitos. Pero nunca nos besamos la boca. Especialmente se daba en la modorra de las siestas calurosas, echados a la sombra, después de bañarnos en el arroyo, momentos en que se asentaba un ambiente propicio y se producía la situación. Era un besuqueo torpe pero no impedía que los ...
... chicos anduvieran con el pito parado. Un día Hernán pidió que le dejaran a él también hacerlo y tomó el pito de Pedro que después de masajearlo y pararlo, besó en la punta. Fueron Juanita y Rocío las que trajeron la gran novedad que una vez más varió las cosas: Según decían ellas, si uno lo hacía para arriba y para abajo, moviéndolo, el pito escupía una cosa blanca. Se armó la discusión en medio de comentarios y el interrogatorio. Todos querían saber más y Rocío, con autoridad dijo: -Yo lo he visto. Mi mamá ayer, entró a la pieza de Javier, mi primo, y lo encontró con su pito en la mano. Él tenía el pito duro y parado, y se lo hacía para arriba y para abajo así-. Y nos mostró con el de Joaquín, que tomó en la mano para que viéramos. -Yo los veía desde la puerta. Mi primo se quedó inmóvil, duro en la cama, sin saber qué hacer, pero mamá le dijo: -Ay hijito ¿qué te pasa? ¿necesitás una ayuda?- y tomándole el pito, que le quitó de sus manos, se lo friccionó mucho con las dos manos, hasta que le salió disparada del pito una escupida blanca que salpicó todo. Era como una leche-. Delfina miraba como asintiendo. Probemos, probemos, dijeron todos entusiasmados y las chicas tomaron la iniciativa, se repartieron tomando el pito de cada uno al azar y comenzaron a pajearlos torpemente. Rocío miraba lo que hacían y daba instrucciones y corregía, sin soltar el pito de Joaquín, al que pajeaba enérgicamente, como queriendo ser modelo y monitor. Yo quedé sola para el final, como siempre, pero ...