Claudia, del voyeurismo al bisexualismo (Parte III)
Fecha: 25/06/2019,
Categorías:
Lesbianas
Autor: MilkyQueen, Fuente: SexoSinTabues
... consolarla abrazándola contra mi pecho, y ella me devolvió el abrazo. -¿Qué va a pensar mi mamá de mí?-me dijo, mientras lloraba,-ella no sabe que yo… Bueno, que yo ya no soy virgen…¿Qué le voy a decir? -Tú no te preocupes, déjame ver que se me ocurre. Por mientras, quiero que te tranquilices. Para eso estoy acá, porque me preocupas. -Gracias nena, siempre estás para mí. Pasaron los minutos y platicamos de otras cosas, especialmente porque yo quería que se calmara y no pensara en aquel estúpido de Santiago. Para entretenerla, se me ocurrió decirle que se probara de nuevo el vestido de XV años, para ver si había engordado. Entre risas me dijo que sí, y mientras yo aprovecharía para contarle otra historia a la madre y dejarla tranquila. Bajé las escaleras y su madre me preguntó expectante si me había dicho algo. Rápidamente inventé otra historia y le dije que había peleado con una de sus amigas y que la traicionó, y por eso había estado tan deprimida. Laura se quedó tranquila, y dijo que después hablaría más tranquilamente con Claudia. La conversación con Laura se extendió, y al final me dijo que tenía que salir porque tenía que recoger a Berenice de sus clases particulares. -Te quedas en tu casa y gracias por venir, de verdad. Por favor le dices a Claudia que llego en unas horas porque vamos a pasar por la despensa a casa de su abuela. Así la despedí, y de repente me cayó la realidad como balde de agua fría. Eso quería decir que… ¡estábamos solas! Tenía a Claudia a mi entera ...
... disposición, y si la situación lo permitía… Quizás podríamos culminar lo que siempre quise… Podría hacerla mía finalmente. Subí como relámpago las escaleras y toqué la puerta, y ella me dijo que abriera. Cuando abrí, me sentí nuevamente como aquella ocasión en los vestidores. Lucía el vestido salmón nuevamente, y se veía igual de preciosa que aquella vez que se lo probó. Su cadera y su cintura se marcaban deliciosamente, y sus tetas sobresalían pícaramente. Me quedé parada ahí, admirándola, y comenzó a reírse. -¿Por qué me ves así? ¡Como si de verdad me viera bien!-me dijo, sonriendo. Me dio gusto volver a verla así. -Es que… En verdad luces preciosa-le respondí tímidamente. Ella volvió a sonreír y daba vueltas para que yo pudiera ver cómo le quedaba el vestido. La verdad, cada vez que lo hacía me ponía más nerviosa. -¡Ya! No quiero arruinar el vestido, ¿me ayudas a quitármelo? El broche me aprieta un poco las bubis. Sentí un flechazo en mi cabeza. Tal vez ella me había dado la señal, o quizás sólo lo estaba imaginando. Pero esa era la oportunidad que había estado esperando desde hacía mucho tiempo. Me acerqué a ella y comencé a desabrocharle el corset, y cuando lo hacía, rozaba la piel de sus tetas con mis manos y la miraba a los ojos. Ella se quedaba tranquila, pero un tanto nerviosa. -Eh, ¿mi mamá está abajo? -No, salió. Me dijo que te dijera que va a tardar un tiempo. -¿Y qué le dijiste sobre lo de…? -Nada importante, que te habías peleado con una amiga. -Ok… Quizás tenía ...