Claudia, del voyeurismo al bisexualismo (Parte III)
Fecha: 25/06/2019,
Categorías:
Lesbianas
Autor: MilkyQueen, Fuente: SexoSinTabues
... me gustas tú. Se sonrojó demasiado y abrió aún más sus piernas, como aceptando lo que le había dicho. Al fin podía apreciar más su coño cálido y húmedo, emanando ese olor que me traía como perra en celo. Abrí aún más sus piernas y gracias al ballet, quedó completamente abierta de par en par. Seguí más emocionada en mi labor, lamiendo y succionando su clítoris y jugando con sus labios. Claudia se retorcía y sentía cómo frotaba su pubis contra mi lengua. -Menos mal que no te gustan las mujeres, Claudia-le dije, riéndome de la ironía del asunto. -Ah cállate, no deberías hacer esto… Menos a tu edad-Me replicaba entre gemidos. -Tú tampoco, apenas vas a cumplir 15 años-le respondí jugando. Ella se rió y yo seguí con mi tarea de hacerla sentir bien y que olvidara a Santiago. Empujaba con mi lengua sus labios y lengüeteaba su clítoris como si fuera un dulce. Ella seguía moviéndose sensualmente en mi boca, y con el pasar del tiempo, tomó mi cabeza entre sus manos y se movió con más fuerza. -Aaah nena, nunca lo pensé de ti… Pero… La mamas tan rico, no pares preciosa… Cómete mis jugos, chiquita… Eso me calentaba aún más y comencé a rozar mis dedos contra su coño. Mientras lamía y rozaba ella seguía frotándose y gimiendo, diciéndome palabras sucias. Sentía que se iba desenvolviendo conforme yo le daba más placer, hasta que el final sentí que ella se frotó más rápido y se corrió en mi boca. Sentí que todos sus fluidos corrían en mi lengua, y me los tragué. Sabían deliciosamente salados, ...
... y ella se sintió avergonzada. -No puede ser, ¡sólo eres una niña! -¿Y eso qué?-repliqué, ofendida- Te chorreaste en mi boca, así que estamos a mano. -Ah no, ¡eso es lo que crees!-me replicó jugando. Al parecer, el orgasmo que había tenido la puso caliente y dispuesta a todo. Se lanzó hacia mí y me dio un beso húmedo muy profundo. Nuestras lenguas se rozaron apasionadamente y ella se agarraba las tetas, como conteniendo la calentura. Pensé que eso lo podría hacer yo, y terminé el beso y me prendí a sus tetas. Había pasado tanto tiempo de imaginármelas en la boca, y ahora las tenía para mí sola. Incluso si hubiera una pequeña espiando como yo, no habría ningún problema. Ella puso sus manos contra la pared y sus tetas quedaron colgando, dispuestas en mi cara. Las tomé y las apreté hasta donde pude, pues sus tetas eran enormes. Las masajeaba y hacía movimientos como simulando ordeñarla. Al parecer a ella le calentaba porque gemía y seguía hablándome: -Aaaah sí, ordéñame, ¿quieres mi lechita? Sigue chupando y no pares, vas a hacer que me acabe toda, ¡demonios! Vi que movía de nueva cuenta sus caderas, y rocé mi rodilla contra su coño. Ella, agradecida, bajó a la altura de mi rodilla y siguió rozándose, mientras jadeaba eróticamente. Se detuvo un momento y volvió a bajar a mi cara, besándome y comiéndome la boca. Se apartó y juguetonamente me dijo: -Tengo algo que sé que te va a gustar. Fue hacia el mueble que estaba al lado de su cama y sacó aquel vibrador en forma de lápiz labial ...