UNA HISTORIA DE AMOR FILIAL. (2)
Fecha: 26/06/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: barquidas, Fuente: RelatosEróticos
... quería, más que a su vida lo quería… El día de autos estaba con él que mordía, como jamás antes se cabreara con nada ni con nadie, pero desde hacía un rato estaba más cabreada consigo misma que con nadie más y, menos todavía, con su Dani, su hijo Dani… A todas luces, ella era la gran responsable de todo, la gran y única culpable… Por ser como era, una “salida” incorregible… Ella la gran culpable por dejar que sus bragas se mojaran nada más sentarse a su lado el Humberto. Por desaparecer con él; por “mamársela” en el wáter, como su hijo la acusara de haberlo hecho y ella, embustera hasta la médula, lo negó; juró, perjuró realmente, no haberlo hecho, no haber pasado nada de eso… Pero “pasó”, se lo “hizo” con él, con el Humberto… Folgó con él, vamos, porque “Folgar” significa lo mismo que la otra definición al uso, pero es menos zafio y soez que lo “otro”, y Elena ya no era aquella chica zafia y soez que a los trece-catorce años dejó atrás su aldea natal. Llegó por fin a las oficinas e iba hacia su despacho cuando le salió al paso la secretaria de su hijo Elena siguió hasta su despacho. Entró, se quitó el abrigo, dejó el bolso sobre su mesa y pasó al lavabo adyacente, su baño privado en la oficina. Se miró al espejo y se vió horrible. Echó mano del arsenal de cosméticos que allí se apilaba y, tras afanarse con potingues de belleza, polvos, cremas y demás, le pareció estar algo mejor. Indudable que no era fácil borrar los estragos de la noche de marras, pero al menos esconderlos ...
... lo más posible. Sin más, tomó un ascensor y bajó al vestíbulo del edificio, donde el tal “D. Andrés” la esperaba para acompañarla hasta el coche aparcado a la puerta. Este señor era un insigne abogado, Director del Departamento Jurídico Poco más de una hora más tarde Elena salía de las dependencias del Juzgado de Guardia llevándose con ella a su hijo. El asunto quedó en puro trámite: Ante el oficial del Juzgado la madre depuso descargando al hijo de toda culpa, esgrimiendo la misma historia que contó al comisario de Policía. El oficial pasó la declaración al juez y éste ordenó se archivara y se pusiera al autoinculpado en libertad sin cargos. Al salir del juzgado Daniel soltó a su madre que no volvería a casa ni al despacho tampoco. Que se alejaría de ella, de todo cuanto hasta entonces fuera su vida… Pero Elena cortó su discurso con un: Daniel obedeció a su madre como un corderito porque desde lo de aquel día Daniel quería ser también para su madre el hijo modélico que para su padre fuera. Quería entender, poner muy claro a sí mismo, que ella era una mujer viuda con perfecto derecho a vivir como quisiera. Despidieron a D. Andrés en la planta de calle, la de salida del Edificio, y ellos dos siguieron hasta el aparcamiento, donde también Elena despidió al chofer para conducir ella de regreso a casa madre e hijo. Salieron del aparcamiento y enfilaron el camino de casa. Durante un rato guardaron ambos silencio, como cohibidos el uno ante el otro. Luego Daniel rompió el silencio, ...