1. UNA HISTORIA DE AMOR FILIAL. (2)


    Fecha: 26/06/2019, Categorías: Incesto Autor: barquidas, Fuente: RelatosEróticos

    ... intentando justificarse de nuevo ante su madre, pedirle perdón, como ya hiciera en la carta, pero esta vez dando la cara, asumiendo así toda su responsabilidad. Pero Elena le cortó en seco Nuevamente Daniel fue el buen hijo obediente a su madre y se calló durante el resto del trayecto. Llegaron a casa y Elena le dijo que se fuera a su baño, se metiera en la bañera con agua calentita y permaneciera así un buen rato, a ver si se relajaba algo. Pero desde ese día Daniel dejó de ser Daniel. Aquél hombre emprendedor, con empuje, aquél que en que en tiempo récord supo estar a la altura que el ser Director General de un complejo fabril intrincado y poderoso demandaba, se convirtió en un ser inane. Perdido el interés por todo, absolutamente todo, abandonó el despacho, el negocio que su abuelo levantara, su padre asegurara y expandiera y que bajo su hégira prometía ir no a más, sino a mucho más, para encerrarse en sí mismo y en un permanente mutismo. Aquellos ojos vivarachos se ensombrecieron de golpe, hasta casi desaparecer de ellos la vida. Permanentemente sombrío, permanentemente serio y triste apenas si comía y dormía aún menos que comía. Aunque solía pasar el día metido en su cuarto, tendido en la cama casi que a todas horas, vegetando mucho más que viviendo, tampoco dormía ni un segundo, y las noches se las pasaba en vela, andando, dando vueltas interminables a ese cuarto. Las pisadas en su cuarto cada noche le llegaban diáfanas a Elena, pendiente siempre de su hijo desde que le ...
    ... sacó de los calabozos del Juzgado. Ello, claro está, en que tampoco Elena dormía, tampoco Elena descansaba y tampoco Elena comía. La mujer, desde entonces, vivía bajo tremendo estrés, pues todo se acumulaba sobre ella: Sustituir a Daniel en la Empresa, atender en la oficina su propio departamento de Producción… Y volver a casa para encontrárselo así… Daniel sufría una profunda depresión y la depresión del hijo hacía mella en la madre Los días, y con los días las semanas, fueron pasando sin que nada mejorara, al revés, todo se agudizaba, se hacía más insufrible tanto para el hijo como para la madre. Hasta que la bomba estalló. Fue una noche, cinco o seis semanas, puede que siete, tras de que Elena volviera a casa con Daniel rescatado de los calabozos de los Juzgados. Como siempre, Daniel empezó deambulando por su cuarto y Elena escuchándole desvelada, Aquello duró bastante menos que de costumbre, a todo lo más un par de horas… Poco más en todo caso… Los pasos cesaron para, pocos minutos después, ser sustituidos por el pulsar de teclas en el ordenador que Daniel tenía en su cuarto, tableteo que la siguió manteniendo en duermevela. Pero el pulsar en las teclas tampoco fue cosa extendida en el tiempo pues en menos de una hora, cincuenta minutos a lo sumo, cesó. Algunos pasos escuchó, poca cosa, pues más bien le pareció que Daniel había pasado al cuarto de baño unos minutos. Elena oyó el ruido que su hijo hacía al tenderse sobre la cama y después de eso el silencio. Elena respiró ...
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