las siete vidas del gato - El mecánico de mi moto
Fecha: 29/06/2019,
Categorías:
Gays
Autor: relatosdesexgay, Fuente: SexoSinTabues
... de su orina, y pude ver que estaba ligeramente separado de la pared, pudiendo ver por un segundo un trocito de su glande. Salí del baño y el resto del tiempo procuré no mirarlo. Al fin, los dos ayudantes se despidieron, y él me dijo que lo esperase en su oficina, en la planta alta del taller. Allí me encontré en un despachito todo revuelto de papeles. Me senté en la silla frente al escritorio y esperé. Alejo subió a los tres minutos. Saludó y se dirigió detrás del escritorio. Mientras me hablaba de la avería de mi moto mi mente se perdió, porque al tiempo que hablaba y como el que no quiere la cosa Alejo se estaba desabrochando la camisa y secándose el pecho y las axilas con una pequeña toalla. Así pude ver aquel pecho con pelo negro, sus tetas que eran grandes sin llegar a ser obesas y su vientre. Y siguiendo con su limpieza, se desabrocho el botón del jeans y bajó un poco la cremallera, y levantando un poco la parte del calzoncillo blanco con figuritas que llevaba, se metió la toalla para secar el sudor de su entrepierna, así pude ver durante un segundo otra vez su glande. Esta vez pude verlo mejor: tenía la piel un poco separada, era de color carne apagado y no parecía ser muy grande, más bien al contrario, parecía tener una verga corta pero gruesa. Yo estaba en el limbo, debí quedarme de piedra y cuando reaccioné fue para apartar la vista con otro ataque de vergüenza. En ese momento solo me hizo volver a la realidad el momento en que Alejo, mientras se volvía a abrochar ...
... acabando así de arreglarse me dijo el precio que me iba a costar la reparación. Era un precio excesivo para mi economía. Así que pregunté por las formas de pago y le dije que no podía pagarlo. "Bueno, veamos lo que podemos hacer", me respondió, y se dirigió a un armario a mis espaldas. Yo miraba el presupuesto que había sobre la mesa y lo oía tras de mí trasteando con un archivador. Cuando regresó me dijo: "Creo que podré hacerte el favor, pero me tienes que hacer otro". En ese momento se me vino el mundo encima. Estaba terriblemente nervioso, así que solo pude responderle de manera automática e instintiva, con la voz ahogada: "lo que sea". Alejo sonrió, se puso de pie a mi lado e incrédulo pude ver como volvía a desabrocharse el pantalón, bajarse el interior y dejar fuera aquella polla pequeñita y regordeta, envuelta en una mata de pelo negro enorme y rizado, y unos huevos redondos y enormes en la comparación. La acercó hasta mi boca. En ese momento me asaltó un olor a sudor y a macho increíble, y de repente todos mis tabús desaparecieron y dejé correr mis instintos. Cogí su pene y comencé a chuparlo, moviéndolo dentro de mi boca entera, restregándolo por todos lados con mi lengua, llenándolo e saliva, masajeándolo dentro y fuera, comiéndomelo entero junto con sus huevos y su pelo púbico, intentando meter la mayor parte de todo ello en mi boca. La saliva era tan abundante que se me escapaba de la boca conforme aquella verga iba creciendo de manera lenta. La saque y comencé a ...