1. En el desfile


    Fecha: 30/06/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: mariacristina, Fuente: SexoSinTabues

    ... si había lugar detrás de ella y le dijo que sí; entonces me apretó hacia él aún con más fuerza y me dijo: - Perdona, prima, tendré que pasar…” (pero el tono era como diciendo -Que pena. otra vez será) y se movió hasta ubicarse detrás de ella y apenas llegó, me di cuenta que se colocó en la misma posición que estaba conmigo, apretándole bien desde atrás. Me sentí como desilusionada, abandonada justo cuando comenzaba a humedecerme. entonces un señor algo mayor (cuarenta y tantos) que estaba a mi derecha retrocedió un poco y con la mirada me indicó que podía yo pasar delante de él (luego más a la derecha estaban ya los palcos y pensé que era la oportunidad para mí. ) y me decidí enseguida, colocándome delante de él; me había percatado que finalizando los tablones allí, no tendría nadie adelante y a un costado ya estaban los palcos, casi igual de cómo fue en el Circo o aún mejor. apenas me ubiqué, sentí que el dorso de una mano comenzó a restregarse contra mis nalgas, suavemente al principio. Enseguida ayudé sacando un poquito las nalgas hacia atrás y para entonces, ya estaba decidida, esperando que se atreviera a algo más. era algo corpulento y bastante más alto que yo; no volteé la cabeza pero recuerdo que comencé a abrir las piernas y coloqué mi mano derecha hacia delante mío, oculta por el bolso de tela que tenía colgado frente al vientre, haciéndome yo misma una suave caricia sobre mi falda sin que se pudiera ver. sí, estaba ya excitada y lo único que quería era que no se ...
    ... suspendieran esas sensaciones que comenzaban a arder en mi cuerpo. Esas sensaciones juveniles. urgentes y osadas. son tan ricas de recordar! Al rato, sentí que el dorso de la mano fregaba más insistentemente y de cuando en cuando se ubicada en el centro mismo de mis nalgas. Como yo ni me movía, ni me alejaba ni le miraba, creo que habrá pensado que ya tenía asegurada a su “presa” porque colocó la palma en una de las nalgas, suavemente al comienzo, pero comenzó a agarrarla después con más decisión. era como que estaba calibrando mis glúteos, levantándolos desde abajo y dándome unos apretones no tan fuertes, como con temor de que me pudiera asustar de su agresividad. Para entonces estaba ya más obscuro, la noche se iba cerrando y comenzaron a encenderse las luces. donde estábamos seguía en mucha penumbra porque un farol de la calle a mi izquierda era tapado por un cartel o pasacalle de propaganda de algo. Se acercaba una de las bandas del desfile militar y haciendo un movimiento circular, se ubicaron en línea a lo largo de la otra vereda, la que quedaba frente nuestro. El estruendo de la banda y el ritmo de la marcha que estaban tocando me hizo mover un poco las nalgas al compás de la música. y eso le animó a mi “guardaespaldas” (jaja. nunca supe su nombre ¿que tal si le llamamos así?) quien se atrevió a agarrarme mejor tomándome bien de las nalgas, incluso parecía que metiendo algún dedo en el medio porque así lo sentía yo. Me agaché un poquito más, disimulando como que buscaba ...
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