Una sorpresa para Víctor termina mal - Relatos Eróticos

Una sorpresa para Víctor termina mal

Una sorpresa para Víctor termina malMi adorado Víctor había prometido regresar de su viaje ese martes; así que decidí preparar algo diferente para recibirlo en casa esa noche.La tarde anterior fui a un sex shop, donde conseguí lo necesario para pasar una buena noche y hacer que Víctor también se excitara más que nunca: compré un juego de esposas, unas correas, una especie de fusta de cuero, una mordaza y unas bolas unidas por un cordón para meterse en el ano.El martes temprano Víctor llamó cuando estaba camino del aeropuerto, para decirme que estaría en casa para las nueve de la noche.Un rato antes de esa hora, calculando que ya mi esposo estría cerca de casa, me preparé para recibirlo: bajé la luz de nuestra habitación para que quedara en un tono muy tenue; cerca de la cama coloqué la fusta de cuero, junto con las correas, gel lubricante, las bolas y la llave de las esposas.Después me desnudé totalmente, aunque me quedé con unos zapatos de taco alto que sabía excitaban mucho a Víctor. Me coloqué la mordaza en mi boca y la abroché desde atrás; luego me acosté, levanté los brazos y me coloqué en una muñeca una de las esposas; pasé la cadena de las mismas por atrás de los barrotes de la cabecera y me coloqué la otra esposa en la otra muñeca, de tal manera que yo no podía soltarme sola.Mi idea era que él llegara y me encontrara sometida y dispuesta a todo; lo cual se iba a convertir en una nueva experiencia sexual excitante.Apenas un par de minutos después de atarme, sonó el ...

... teléfono de línea, el cual lógicamente no pude contestar; unos segundos después sonó mi celular, el cual por supuesto tampoco pude contestar, pero pude identificar el tono que usaba para las llamadas de Víctor. Seguramente me avisaba que tengo para cuando llama mi esposo; supuse que me avisaría que estaba por llegar como lo hacía siempre; pero entonces escuché la voz de mi adorado esposo en el contestador:“Amor, estoy varado en el aeropuerto, hay una tormenta cerca y todos los vuelos están retrasados, no puedo asegurarte cuándo voy a llegar…”Era la primera vez que eso ocurría. Me enojé conmigo misma por mi descuido de no haber confirmado el aterrizaje seguro y que estuviera cerca.Ahora era yo la que no podía asegurar cuánto tiempo iba a quedarme allí en nuestra cama, esposada y amordazada, totalmente inmovilizada…Hice todo los movimientos posibles para alcanzar las llaves de las esposas, pero fue todo inútil, pronto me relajé y fui de a poco perdiendo la conciencia.Unos ruidos provenientes del pasillo me despertaron; noté que ya había oscurecido afuera y quedé quieta y en silencio, pero ya no se oía nada; agudicé mi oído y noté ruido de pisadas; supuse que por fin Víctor había llegado y me alegré al saber que pronto estaría cogiéndome…No hice ruido, tratando de no arruinar la sorpresa y esperando que él entrara a nuestra habitación y me encontrara allí, lista para lo que quisiera.Grande fue mi asombro al ver que la puerta se abría y entraba un hombre gigante vestido totalmente ...