AHORA SON DOS VII
Fecha: 07/07/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: XCITANTDLC, Fuente: SexoSinTabues
Toño colocó sus manos en mis caderas, se movía frenéticamente adentro y afuera de mí, penetrándome con fuerza, como si quisiera traspasarme. Esas embestidas me encantaron, sentí que mi hermano se había vuelto un macho con ganas, y yo era su hembra en brama. Me hizo venirme tres o cuatro veces con sus movimientos. Una tarde estaba yo sola en el sofá de la sala de nuestra casa, oyendo música y haciendo mi tarea, hacía mucho calor y yo solo vestía un minúsculo short y una ombliguera. En eso llegó Antonio, desde el principio noté como me desvistió con la mirada, me sentí un poco incómoda pero la verdad es que me gustó y me sentí un poco excitada al ver que mi hermano me deseaba. Él solo me saludó levantando la mano y diciendo hola y se retiró a su cuarto. Supongo que no quiso estar más conmigo para no caer en la tentación. Seguí haciendo mi tarea, pero no podía quitarme de la cabeza la mirada de mi hermano e inconscientemente, sin darme cuenta, empecé a tocarme el clítoris pensando en él; poco a poco me masturbé; del clítoris pasé a meterme un dedo en la vagina, me sentí húmeda y cerré los ojos para imaginarme a mi hermano tocándome. Me imaginaba sus manos en mi cuerpo, tocando mis pechos y mis nalgas, acariciándome de arriba abajo. Con una mano me masturbaba y con la otra me acariciaba los pechos el cuerpo. Yo sabía que Toño cuando se encierra en su cuarto pone la música a todo volumen y no sale en toda la tarde. Poco después escuché un ruido y abrí los ojos, vi a mi hermano ...
... mirándome parado junto al sofá y tocándose su miembro por encima de sus jeans. Se quedó sorprendido al verse descubierto por mí; estaba a punto de retirarse de nuevo a su recámara cuando lo detuve tomándolo de la mano, le dije: Espera, ven. No, está mal, me dijo el, Ya soy mayor de edad y los dos sabemos lo que queremos, pero, nadie lo sabrá, solo tú y yo, te necesito y tú a mí Mientras hablábamos, él se paró frente a mí y yo le bajé el cierre de su jeans; saqué su miembro erecto y lo vi; me pareció muy largo, pero me gustó, es un ejemplar muy apetecible para cualquier mujer. Mis hormonas y mi lujuria estaban a tope y sentí como me humedecía más y más. Tal vez sea lo malo de ser tan caliente. Sin darle tiempo a reaccionar, abrí mi boca e introduje su pene en ella; empecé a chuparlo con ganas, como si fuera una paleta; me encantó su sabor; era tan largo que me llagaba a la garganta. Lo lamí, lo chupé lamí sus huevos también mientras él solo gemía de placer; de repente me empezó a decir: así hermanita, así, así, que bien lo chupas, sigue, sigue y puso sus manos en mi cabeza. Yo seguía masturbándome con una mano y tocándome los pechos, que ya había descubierto, con la otra. Unos minutos después, me detuve; le desabroché y le bajé el pantalón con todo y su bóxer; luego me levanté y le dije a mi hermano al oído; Te deseo con una voz muy sensual y le coloqué sus manos en mis pechos, mientras empecé a quitarme el short. Él acarició mis senos suavemente mientras terminaba de quitarse la ...