1. Relato 1 - La Azafata


    Fecha: 18/07/2019, Categorías: Primera Vez Autor: spanishguy1966, Fuente: xHamster

    ... reclamaba un poco de atención. Así que me di la vuelta y me senté a su lado mirando hacia sus pies y sin vacilar ni un instante, metí la cabeza entre sus piernas y comencé a comerle el coñito por segunda vez. Mientras me dedicaba a tan placentera tarea mi polla había llegado ya a su total crecimiento, pero Belén estaba muy concentrada y no parecía darse cuenta, así que cambié de postura y me situé sobre ella de forma que pudiese contemplar a pocos centímetros de distancia mi estupenda erección, pero tan absorta estaba por el trabajo que le estaba realizando en los pliegues de su entrepierna, que mi maniobra no sirvió de nada. De hecho, poco después Belén se corrió.Me tumbé a su lado y volví a preguntarle cómo estaba. Esta vez su respuesta fue positiva. Me alegré y se lo manifesté. Seguimos hablando un ratito. Yo estaba incómodo porque mi erección perduraba y tenía ganas de correrme otra vez, pero no era cuestión de pajearme delante de una mujer que acababa de conocer, así que sé lo pedí a Belén. Pareció pensárselo un poco pero finalmente asió mi miembro y empezó a menearlo arriba y abajo...En ese momento Belén apareció en el portal del hotel, despertándome de mis recuerdos. Yo me había situado de cara a la puerta, para poder esconder el ramo de rosas que le llevaba como regalo. La besé en la mejilla y la di un abrazo procurando no acercarme demasiado para que no notase que mi entrepierna estaba un tanto rígida y al mismo tiempo para que no viese las flores, pero me salió ...
    ... mal. Vio las flores y se le iluminó la cara con una sonrisa preciosa. Me dio un beso, esta vez en los labios y me guiño el ojo como sólo ella sabe hacerlo.Nos quedamos delante del portal durante unos minutos hablando y decidiendo a qué restaurante íbamos a ir. Cogimos un taxi y nos encaminamos hacia allí.Los dos íbamos de traje. Yo con mi chaqueta negra, camisa gris oscuro y corbata gris claro, unos vaqueros negros y, como siempre, mis inseparables botas negras. Ella iba muy guapa. A Belén los trajes le sientan genial y ese día no era una excepción. Llevaba el pelo recogido y muy estirado hacia atrás, al igual que el día que la conocí. Había algo en ella, que siempre me recordaba a Aitana Sanchez-Gijón, otra mujer muy bella y innatamente elegante.La cena en el restaurante fue ligera y la acompañamos con un vino espumoso. El sitio era muy bonito y elegante. Podía ser una velada perfecta. Recé para que así fuera.Salimos del restaurante y fuimos a un bar a tomar algo. Nos costó encontrar un sitio tranquilo porque Algorta el fin de semana es insoportable. Finalmente encontramos un sitio más tranquilo. Pedimos champán para los dos, y no es que me guste, pero la ocasión lo merecía. Brindamos por nosotros.Una hora más tarde las cuatro copas de champán que habíamos tomado cada uno empezaron a hacer efecto. Nuestra conversación se fue haciendo más íntima y los contactos de nuestras manos más frecuentes. De hecho, en el bar en que nos encontrábamos en ese momento, hubo un momento que ...
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