Dulce y amarga amistad (10)
Fecha: 23/07/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... apabullaba por lo hermoso y sensual en su madurez, totalmente apetitoso, me gustaba, hacía tiempo que no disfrutaba de un macho y ahora se me brindaba y bien hermoso, la verdad es que el cuerpo masculino me atrae sin poder remediarlo y veo muy pocos defectos en ellos, sobre todo si son fuertes y grandes al revés de lo que yo soy. Se había quedado con solo sus slips blancos, un hermoso bulto lo ocupaba y se veía la punta de la polla brillante de humedad por arriba de la tirilla que lo sujetaba. Comencé a quitarme la ropa como el había hecho. -Deja que yo te desnude. -Antes de comenzar a quitarme la ropa, una simple camisa y el pantalón corto, me abrazó como si fuera un oso, sus velludos brazos atrapaban los míos impidiendo que me moviera. -Se te ve más hermoso que aquella noche, eres una monada precioso, me encantas. -Buscó mis labios inclinando la cabeza y hurgó para que los abriera invadiéndome la boca con su lengua caliente y esponjosa, le abracé el cuello besándole a mi vez. Besaba muy bien, todo era muy caliente y sentía la dureza de la verga en mi tripita, su calor a pesar de la tela que nos separaba. -Estás riquísimo precioso. -Y comenzó a lamerme el cuello y darme chupetones logrando que comenzara a gemir. Había olvidado que yo aún permanecía vestido y sin esperarle comencé a desabotonar mi camisa, no le importó y le sirvió par empezar a lamerme las tetitas. -Precioso, pareces una nena, estas tan rico. -Me arrebató la camisa sin terminar de soltarla y dos botones ...
... saltaron al aire, luego tiró de mis breves pantaloncitos quedando desnudo a su vista, con el simple trapito del tanga sujetándome la verga y los testículos. -¿Qué maravilla? -Me miraba extasiado y pasaba las grandes manos por mi piel dorada y muy fina del abdomen ligeramente marcado, hasta llegar a mi pubis, entonces me retiró la breve tela hasta los pies, y me tiró del vello del pubis arrancándome un quejido. -Me haces daño, cálmate. Me abracé a él haciendo resbalar mi torso sin un vello por el suyo poblado de una densa y frondosa manta de pelo, mi delicado cuerpo se estremecía ante las sensaciones sesoriales al notar la aspereza de sus pelos rozando mi suave piel. Me besaba apretándome muy fuerte contra él y estrujándome las nalgas con sus grandes y fuertes manos, abarcándolas en su totalidad hasta llegar con sus largos dedos a la entrada de mi ano. -¡Jesús! ¡Bebé! Deseaba tenerte, me encantaste aquel día. Me soltó el pelo dejando que cayera sobre mi espalda. -Eres bellísimo, deliciosamente apetecible bebito. -Y tú muy varonil y muy macho, me gustas Juan, me gusta todo de ti. Nos acariciábamos besando nuestros cuerpos, a él le encantaba mi boca y mis tetitas donde reiteradamente besaba y lamía, a mí me encantaba su abdomen duro y peludo y su tremenda verga ahora mostrando su enorme magnitud sin que la tela pudiera contenerla. Con dificultad conseguí bajarle el slip y la polla saltó furiosa golpeándome el vientre, encharcándome del presemen que le brotaba en abundancia. Deslicé ...