Terry y Jonathan VI Una historia de amor gay - Relatos Eróticos

Terry y Jonathan VI Una historia de amor gay

Al ir conduciendo de regreso sobre las colinas que rodeaban el valle, silenciosamente ambos chicos pensaban en los eventos de esa tarde. Al ir conduciendo de regreso sobre las colinas que rodeaban el valle, silenciosamente ambos chicos pensaban en los eventos de esa tarde. Los pensamientos de Jonathan estaban centrados en lo que le había ocurrido a su vida durante esas escasas horas. ¡Vaya que si había aprendido algo! No es que no hubiera perdido antes su virginidad, es que nunca había tenido sexo con otro chico. Sus experiencias previas habían sido heterosexuales con un par de chicas, la primera a la edad de 14 años con una chica mayor que él durante una lunada auspiciada por su iglesia. El grupo de jóvenes de la iglesia, incluyendo la requerida contingencia de los adultos chaperones, acampaba en la montaña para un retiro espiritual. Luego de que todos estaban acostados a distancias prudentes en sus bolsas de dormir, la chica salió en busca del joven e inocente Jonathan. No era muy atractiva que digamos, pero si era mucho más experta en lo que a sexo se refería. La chica se escabulló hasta llegar donde Jonathan tenía su equipo de acampar. Él no había cerrado su bolsa, por lo que está le servía de cobija, resguardándolo del aire nocturno. Se arrastró bajo la cobija y abrazo su cuerpo contra el de Jonathan. Comenzaron a besarse y sentirse el uno al otro. Poco después la chica tenía su mano en la parte frontal de los calzoncillos de Jonathan, apretando y dando masaje a su, ...

... en aquel entonces, pequeña y lampiña verga. Sus manipulaciones pronto tenían a Jonathan con la verga bien parada. Cautelosamente bajó la ropa interior de Jonathan lo suficiente como para poder ponérsela en su boca, el pobre Jonathan, tan excitado estaba por el hecho de perder su virginidad, que derramó su leche casi al momento en que ella empezó a acariciarle su verga. La sensación de su boca tan húmeda y cálida contra la cabeza de su verga hizo disparar el orgasmo. Muy decepcionada por la rapidez y la grande y explosiva salpicada, la chica regresó a su bolsa de dormir dejando a Jonathan con su pegajoso semen juvenil en su estómago y pecho. Creyendo ella que con eso daría una lección a Jonathan, para que no volviera a echar a perder tan rápido una relación sexual. Sin embargo Jonathan esparció placenteramente excitado todo el semen por su piel y muy feliz se quedó dormido. La chica nunca más se le volvió a acercar. A la mañana siguiente Jonathan desayunaba con sus amigos. Se sentía como todo un hombre de haber podido experimentar su primer orgasmo no producido por él mismo. Al ir caminando por la pradera con su mejor amigo Charlie, le preguntó, ¿qué hacían tú e Irene anoche cuando apagaron las luces? La vi escabullirse y entrar en tu bolsa, se cubrió con una manta y lo siguiente que supe fue que había regresado a su propia bolsa." "¡No me lo vas a creer Charlie! Ella llegó y comenzó a masturbarme la verga, y luego me la mamó." Susurraba Jonathan, sonrojándose. "¿No me digas? ...