Dulce y amarga amistad (03)
Fecha: 05/08/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... tal es en la cama? -No iba a dejarme en paz y me estaba poniendo nervioso. -¡Ohhh! Alberto, él no es gay. -Vale, de acuerdo, no es maricón como nosotros, pero tú le gustas, ¿qué tal es? ¿Cómo se siente tener todo eso dentro? –Me quedé en silencio un momento. Alberto deseaba desviar mi atención y que pensara solamente en el aspecto sexual, en el tamaño de su pene que tanto nos llamaba a los dos la atención, entonces yo también le interrogué. -¿Álvaro te interesa? Sientes algo por él, tú me descubres a mí pero no puedes ocultar lo tuyo. –Solté una risita baja y él me acompañó como una forma de darme la razón. -¿Quién no estaría interesado por un hombre con ese aparato reproductor, es el sueño de todos los maricas? Otra cosa no se puede esperar de él, tú lo has dicho, él no es gay. -Pues te seré sincero, hacerlo con él es, sentir su verga es…, todo él es…, diferente, distinto a otros y muy bien. –Nos echamos a reír. -Si solo es eso no me importaría compartirlo y sentirlo yo también, pero…, no te engañes rey, lo que tu sientes por él es mucho más –Las risas continuaban y algunos volvían las cabezas para mirar a dos chicos locos tirados revolcándose sobre la hierba. Algunos de los muchachos salían del agua entre risas y peleas, varios desnudos, al no llevar bañador no les importó meterse al agua sin ropa, total todos eran machos y estaban habituados a verse desnudos. No había chicas que se escandalizaran al ver sus juveniles cuerpos, destacando sus aparatos reproductores, con ...
... sus atributos viriles sueltos y danzando, como la misma naturaleza que nos envolvía en el frondoso jardín de la casa de mi amigo. A Alberto y a mí no nos importaba en absoluto, preferíamos verles así y recrearnos en sus bonitas y masculinas figuras de machos en plenitud, haciendo distintas posturas que realzaban sus cuerpos mientras jugaban pretendiendo tirarse unos a los otros al agua. Después de vestirse con la ropa que habían traído, sudada y sucia, se fueron marchando entre risas, empujones y varoniles bromas, Alberto también terminó por dejarnos después de hacernos prometer que nos veríamos a la noche para tomar unas cervezas, y Jesús se quedó para ir con nosotros a su casa y cenar con su familia. Estuvimos en el mismo bar de la noche pasada y la fiesta resultó más tranquila ya que Mónica y su pareja no aparecieron durante el tiempo que estuvimos. Bailamos y bebimos pero sin intención de emborracharnos. Jesús y los otros chicos intimaban con las chicas que nos acompañaban y otras que encontraron en el bar, por otra parte Alberto no perdía la ocasión para acompañarnos a mi amigo y a mí bailando sin separarse. -¿Y éste de qué va, que anda buscando? ¿Ya te quiero coger otra vez? -Notaba a Álvaro muy abierto y despreocupado, totalmente diferente a lo de ayer. -Creo que te equivocas, tú le interesas, tiene curiosidad… –A Álvaro no le debió parecer mal mi observación y sacó una sonrisa pecaminosa y de confianza en sí mismo. Todo fue bien a partir de aquel momento, bailamos los ...