1. Cruce imprevisto


    Fecha: 11/08/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ella primero. Luego llegó él con una botella de cava y unos pastelitos. En la habitación solo había una gran cama y un aseo con ducha. Mientras Adolfo descorchaba la botella, Mari dijo que se iba a dar una ducha y se pondría cómoda. Al quedar los dos hombres solos, él me comentó que tenía mucha suerte de tener una mujer como Mari, tan hermosa y fogosa al mismo tiempo. Según él lo que estaba pasando junto a nosotros le parecía un sueño. Mari salió de la ducha otra vez vestida. Con su piel aún húmeda, se sentó en el borde de la cama diciendo: - ¿Dónde está esa copa de cava? - Ahí la tienes, reina - dijo Adolfo sirviéndosela rápidamente y sentándose a su lado. - No estoy acostumbrada a beber - dijo ella - Cuando lo he hecho pierdo el sentido y suelo hacer locuras. - Si pero tus locuras, nena, son tan calientes que deberías beber más a menudo - intervine yo. Nos terminamos la botella. Mari parecía estar algo mareada y cuando ella se marea un poco se pone muy caliente. Ella estaba sentada en el borde de la cama y nos dijo: - Desnudaros y venid aquí los dos. Con los rabos tiesos, nos sentamos a su lado. Ella nos cogió las pollas, una en cada mano y alternándolas, nos las chupó a los dos diciendo: - ¡Que capullos más hermosos tengo aquí!. La situación me daba un morbo tremendo viendo como mi esposa mamaba la polla de Adolfo y después la mía, una y otra vez, tan sensual y provocativa que no se podía aguantar. - Ponte a cuatro patas encima de la cama - le dije - que quiero ver ...
    ... como Adolfo te la clava por detrás. - Sí, cariño - me contestó con voz susurrante - Quieres ver como me la meten por mi culito... Ella se puso en posición y Adolfo, sin dudarlo ni un segundo, colocó su polla en el coño de Mari y muy despacio se la fue metiendo toda hasta el fondo. Al completar la operación, ambos se quedaron quietos como disfrutándose mutuamente, gimiendo en forma placentera, reflejando su rostro el gran deleite del cual sin duda gozaban. Lentamente Adolfo inició un bamboleo con su cadera que fue correspondido por mi mujer. Él se agasajaba agarrando las nalgas de mi esposa, mientras hábilmente se la culeaba, permitiéndome apreciar como le insertaba su cipote en su totalidad. Culearon un buen rato, hasta que Adolfo dijo: Cambiaron la postura e hizo que Mari se sentara sobre de él para follarle el culo. Lentamente la cabezota de esa verga comenzó a penetrar las nalgas de mi mujer. Entre dolor y gusto, ella apretaba los dientes, jadeando y gimiendo. Mientras la polla de Adolfo entraba y salía de su culo, él le decía muy excitado: - ¡Que culazo más hermoso tiene, que gusto me da en la polla! Yo me pajeaba viéndolos follar hasta que Mari me dijo: - ¡Toni, trae tu polla para que te la mame, cabrón!. Muy excitado, se la puse en la boca dándole ella una gran mamada. Me gustaba que me llamara cabrón y que se comportara como una puta cachonda. Estuvimos así un rato hasta que se la saqué de la boca pues estaba a punto de correrme y nos dispusimos a adoptar otra postura. ...