Rompeme en pedazos 1
Fecha: 14/08/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: ViejitoMalo, Fuente: SexoSinTabues
Una historia de amor sin límites Rompeme en pedazos Capítulo 1 Adriana Entraste al dormitorio con la mirada torva, y la respiración agitada. Una fina capa de sudor cubría tu cuerpo después de tu ejercicio matinal. Te estaba esperando, recién maquillada, en una postura quizá algo cinematográfica, apoyando mi cola en el borde de la cómoda, y mis brazos hacia atrás, proyectando ligeramente mi pecho hacia adelante, en el que se podía ver con claridad cómo se proyectaban pezones. La erección que te llevaste a correr con vos está ahí todavía, brutal dentro de tu pantalón corto, demostrando que estabas tan caliente como yo misma. ¡Qué ganas de dejar todo el show de lado, y tirarme a tus brazos al grito de “cogeme, macho”! En lugar de eso, me di vuelta con lentitud quedando de frente al espejo, con mi cabeza gacha. Me abrazaste por la espalda, de frente a la pared espejada de nuestro dormitorio, mirándome en él fijamente, mientras me hacías sentir con suaves roces en el culo el tamaño y la dureza de tu verga. Miré tu reflejo frente a mí, y mientras la emoción me provocaba ligeros temblores, no pude menos que sentirme empequeñecida. Me sacabas más de veinte centímetros de altura, y eras ancho, fuerte y musculoso... Un hermoso ejemplar de macho. Fuerte y maduro, pero joven en tus apenas treinta y cinco... y encima, caliente. Deslizaste tu mano en mi escote hasta llegar a mi pecho, que estrujaste con rudeza, mientras llevabas tus dedos a mi pezón, parado desde hacía rato, y entre ...
... mis suaves gemidos lo estiraste, apretándolo. Mi cuello estaba ofrecido a vos, para que en él alternaras tus lamidas, tus suaves mordiscos y tus besos, haciendo que se me pusiera la piel de gallina. Acercaste tu boca a mi oído derecho, y rozándome con tus labios preguntaste, mirándonos en el espejo. -¿Me vas a dar el gusto, entonces? -Tratándome así, es imposible decirte que no. Reanudaste tus mordiscos, ahora un poco más fuertes y en el otro lado de mi cuello. -Vos ya sabés: si no querés me lo decís y listo... Lo dejamos para otra vez que estés más segura... No pasa nada cielo. -Nunca en mi vida estuve más segura de algo... Yo te elegí a vos para que seas el primero, Roque. Yo te prefiero, y si de mí depende, deseo que seas el único que vaya a entrar por ahí... Además, con esto que tenés acá -dije, bajando mi mano por atrás hasta ponerla en tu bragueta, y apretar con suavidad tu pija -yo sé que lo que me vas a hacer va a ser inolvidable... Para los dos. -¿Estás segura Adriana, de verdad? -Mmm, no sé… -Dije, mirando hacia abajo y poniendo trompita. -¿Me vas a hacer doler, no? -te pregunté, mientras ronroneaba y te apretaba un poco más la pija. -¿mucho?... ¿Vas a ser violento conmigo, amor?... ¿Vas a ser sádico y cruel como siempre, o me vas a tratar como a una muñequita? -Me gusta romper muñecas Adri… Partirlas… -¡¡Mmmm!! ¿Me vas a hacer gritar de dolor, me vas a hacer pegar alaridos?... ¡No sabés las ganas que tengo!... Quiero ver cómo te desatás conmigo... Quiero verte ...