Rompeme en pedazos 1
Fecha: 14/08/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: ViejitoMalo, Fuente: SexoSinTabues
... fueron quedando a la miseria, bien marcadas y chorreando sangre. Como nos gustaba a ambos… Diste fin entonces a mi castigo, y llenaste de besos mi espalda, mi nuca y también mis golpeadas y lastimadas nalgas, mientras las estrujabas y repetías como una letanía "vas a ser mía, vas a ser mía, vas a ser mía". Luego las separaste y llevaste tu boca hacia mi ojete, para chuparlo con fuerza y sensualidad, hundiendo tu lengua en las profundidades de mi culo, dilatándolo, mientras mis gemidos te acompañaban. -Te juro, Adrianita… Me da no sé qué… Sé que te voy a romper toda… -¿Sí? Es que hay que hacerlo amor… Tenemos que hacerlo, para que yo pueda ser enteramente tuya cielo. Quiero que todo mi cuerpo sea tuyo, aunque me hagas aullar del dolor. Te detuviste, nos miramos, ambos agitados, hablando a gritos con nuestros ojos, pero sin proferir ni una palabra... -Date vuelta Adriana, te voy a hacer mía, por el único agujero que te queda virgen... Puta de mierda. Te toca sufrir en serio. Me giré lentamente sobre mi cuerpo desnudo, mientras vos te alzabas hacia mi cabeza. Me besaste en la boca con pasión, con ardor, con tantas ganas. Respondí a tus besos con la misma pasión, mientras acariciaba tu cara. -Haceme el amor, Roque, por favor. Necesito ser del todo tuya... Te paraste al lado de la cama y me diste el gusto: te sacaste tu pantalón, haciendo que apareciera “él”… Más de treinta centímetros de un vergón duro y grueso como un brazo, ya de color carmesí, surcado por gordas venas a ...
... las que se veía palpitar mientras hacían circular sangre a raudales, para alimentar a esa bestia, cuya cabeza era un húmedo y grueso hongo que tantas veces me había roto el culo, haciéndome gritar cada vez como si fuera la primera. Te pusiste sobre mí, con tus piernas a los lados de mi cuerpo, escupiste brutalmente entre mis pechos (me hacías sentir tan yegua, hijo de puta) y me calzaste la verga entre las tetas, a las que apretaste en torno a tu pija, mientras te movías con lentitud hacia atrás y adelante. Levanté mi cabeza sobre la almohada para que cada vez que tu pija venía hacia mí, llegara con mi lengua a tu amenazante glande, para lamerlo, y chuparlo, y escupirlo, y pasarlo por mis mejillas. -No aguanto más Roque, no aguanto más. Te quiero sentir... Por favor, por favor. Saliste de tu posición y bajaste sobre mi cuerpo deslizando sobre él tus labios que me besaban, hasta que tu cabeza estuvo sobre mi ingle. Y mirándome fijo a los ojos, pusiste una mano sobre mi propia pija, tan parada y dura (aunque nunca tan grande) como la tuya, y la agarraste con fuerza, deslizando el prepucio hacia abajo y arriba en una lenta paja, para finalmente dejar al descubierto mi glande, mientras mis suspiros arreciaban. Llevaste tu boca a mi glande, lo lamiste con deleite, besándolo y sorbiéndolo con fuerza para llevarlo al interior de tu ardiente boca, aspirándolo y expulsándolo con verdadero deleite, mientras mis manos acariciaban tu cabeza y tu pelo. -R…Ro… Roque… Por f… r favorrr... ...