1. Confidencias 13 En la cama con Eduardo


    Fecha: 16/08/2019, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    -Lo que tú quieras Edu. Se quitó el cinturón del batín y se le abrió, venía desnudo, la larga y peluda polla le colgaba sobre los testículos. Adri, amor mío, mi vida iba a cambiar y no sabía hasta que punto. Esa noche papá tampoco se presentó a la hora de la cena. Cuando Eduardo me dejó a la puerta de casa Carmen me la abrió. Entré al hall y mamá apareció, venía del salón. Me abrazó mientras Carmen me cogía la bolsa con la ropa del ballet. Subí a mi habitación para ducharme, olía a sexo y a Eduardo, al salir tropecé con Pablo que bajaba para cenar. -¿Vienes? Me preguntó mirando mi cuerpo desnudo. -Me seco el cabello y bajo ahora mismo. Estaban todos en silencio, mamá, Pablo y Carmen que permanecía en la puerta, no había secretos en la familia para ella. Ninguno se atrevía a preguntar, esperaban que fuera yo el que les contara lo que había pasado con Eduardo. Después de beber un largo trago de agua comencé. -Eduardo quiere… Y les conté todo lo que me había dicho, excepto que habíamos follado en el coche, quizá eso se lo supusieran pero tampoco les interesaba, su interés sería saber cómo se arreglaba la situación económica de la casa, y seguramente también, eso quería creer, si todo lo que pasara me iba a hacer feliz. Cuando finalicé mamá suspiró aliviada, Carmen se marchó a la cocina sin hablar y Pablo permanecía con la cabeza baja. -¿Lo vas a aceptar? Le dirás que sí a Eduardo, ¿verdad tesoro? Me levanté para marchar y miré a mamá y a Pablo que había levantado la cabeza y me ...
    ... observaban. -Sí mamá, seguramente el jueves le diré que iré con él si vosotros no os oponéis. Subí sin esperar a Pablo, me había lavado la boca y él aún no había llegado, seguramente permanecería hablando con mamá. Estaba en la cama con la luz apagada intentando dormir, dando vuelas en mi cabeza sobre un asunto que ya estaba decidido de antemano por más que quisiera oponerme, y no era eso lo que se esperaba de mi responsabilidad. Se dibujó la silueta de Pablo en la puerta proyectada por la luz que había encendido en el pasillo, se fue acercando a la cama y pasó la punta de los dedos por mi cara. Hubiera querido gritar para pedirle que se quedara, para sentir que alguien me abrazaba, sentía un profundo dolor por tener que abandonar mi casa, mala o buena era la mía, comencé a sollozar en silencio. Se alejó y sentía sus movimientos, como iba al baño, el ruido del grifo, de la cisterna del inodoro, el clic de los interruptores de las lámparas, me sentía hipersensible a todo y sin tener frío tiritaba angustiado. Diez minutos después estaba ante su cama y él se retiraba para dejarme lugar a su lado. -¿Estoy haciéndolo bien Pablo? Me apreté contra su pecho, él pasó un brazo debajo de mi cuello. -¿Estas asustado? No sabía cómo me sentía, con mucha paz después de haber tomado la decisión aunque me doliera, con muchas dudas porque no sabía si sería lo correcto, y más que asustado por abandonarles de alguna manera. -Es difícil opinar Oriol, es lo que tu familia necesita y lo que Eduardo ...
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