ñ) Juan Carlos, su madre y yo
Fecha: 16/08/2019,
Categorías:
Gays
Incesto
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... Guillermo, no tienes que darle importancia, será tu último trabajo y adiós a esta vida. Me alegro tanto por ti, es mejor ahora que dentro de unos años. -esperé a que terminara lo que tenía pendiente y marchamos juntos a tomar unas cervezas antes de ir a nuestras casas. Estaba retrasando el momento de ir a la universidad para formalizar la matrícula para el año segundo, se me acumulaba el trabajo y tenía que hacerlo ya. Cogí el metro hasta la facultad, quedaba cerca de la parada, la mañana aún se sentía fresca y paseé sin prisas. Había un montón de estudiantes esperando formando cola y me puse a hablar mientras nos llegaba el turno, estábamos en grupo, miré hacía la puerta y en ese momento entraba Mikel, el novio de María, hablaba con un chico mayor que él y detrás de ellos vi a mi amiga que venía con otro chico, según se acercaban se me abría la boca de tal forma, por la sorpresa, que la mandíbula se me caía. El chico que llegaba con María era rubio de pelo rizado, más alto que ella, y aunque no podía ver el detalle por la distancia, adivinaba sus azules ojos de cielo. Se trataba del mismo Alex que ya había visto dos veces en la casa de Davy. Aceleró el paso cuando me vio allí de pie sin poderme mover, mirando aquel hombre que ahora sabía a quien me recordaba, tonto de mi que no me había dado cuenta. -¡Alonso! A todos se nos ha ocurrido venir el mismo día, se me colgó del cuello con un largo beso en la cara. -se separó con la intención de presentarme a los desconocidos que ...
... llegaban con ellos, no lo hizo al vernos la cara de sorpresa que Alex y yo presentábamos. Nos miraba al uno y al otro. -Ahora de cerca se os ve algo diferentes, ¿os sorprendéis? Por eso me gustaste desde el principio Alonso, tus ojos son como los de mi hermano. -dejé de mirar a Alex para mirarle a ella. -¿Tú hermano? -debía tener cara de idiota, ya lo adiviné al verlos, pero mi sorpresa no resultaba de que fueran hermanos. -Mira Alex, un compañero, Alonso, ¡ya ves qué ojos! -su hermano reaccionó antes que yo. -Alonso y yo ya nos conocemos. -hablaba mientras me alargaba la mano y ahora los sorprendidos eran los demás. Ante las miradas que nos lanzaba María, su hermano tuvo que aclarar lo que había dicho. -En realidad nos hemos visto dos veces, la primera unos segundos y la siguiente unos minutos, y las dos en la casa de Davy. -estábamos todos alelados y asombrados de la coincidencia. Me presentaron al hombre que no conocía como un amigo, Fabricio. Era algo mayor, de la edad de Alex, no llegaría a la treintena, guapo y algo misterioso por los ojos almendrados y caídos que tenía, como si fueran a resbalarle por los laterales del rostro, muy moreno y de nariz aguileña, boca pequeña y abultada, el más alto de los cinco que estábamos en el grupo, varonil y agradable en su conjunto. -¿Conoces a Davy? -María fue directa a lo que le interesaba, sin rodeos y nada diplomática. En pocas palabras les expliqué lo que podía interesarles y referido a mi colaboración con Davy y que trabajaba ...