1. ñ) Juan Carlos, su madre y yo


    Fecha: 16/08/2019, Categorías: Gays Incesto Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... y y entró la que sería su madre, una chica de no más de tres o cuatro años más que yo, llegaba con una braguita y sujetador de encaje y puntilla negra, hacía ver que estaba asombrada, con los labios pintados de rojo carmín colocados en forma de O, también nos asombramos nosotros y mi amante sacó la polla de mi culo. La chica contoneaba las caderas mientras avanzaba hacia nosotros, y su cara de sorpresa pasó a la de perversión lujuriosa. Se arrodillo sobre la cama a mi lado y agarró la verga de Tomas, envolviéndola en su nívea mano de uñas largas y pintadas del mismo color rojo de la boca. -No sabía que mi niño estuviera tan bien dotado. -se inclinó hacía mi compañero ofreciéndole los labios, no solamente los besó, también la abrazó tirando de ella y se apoyó en mi espalda para no caer. Estuvieron besándose un momento y yo, con una mano le acariciaba el muslo, su piel no difería mucho de la mía y resultaba agradable al tacto de mi mano, cayeron detrás de mí abrazados en una lucha sensual besándose y entrelazando las piernas. -Mamá, no sabía que estabas tan buena. -la chica había vuelto a sujetarle polla y ahora la tenía en la boca. La preferencia sexual de Tomás se notaba a simple vista, por la tremenda rigidez de la polla que la muchacha chupaba. Su verga brincaba en la boca de la mujer, la agarraba del pelo apartándolo de la cara para enseñar como la follaba la boca, obligándola a que se atragantara y sacara hilos de baba al extraer el pene de la garganta. Acaricié el lomo ...
    ... de la chica y avancé por la espalda hasta llegar el broche que sujetaba el sostén, sus tetas cayeron por la gravedad, eran unos pechos preciosos, empecé a acariciarlos, a deleitarme con ellos, los de Noa me encantaban, era lo que más me gustaba de una mujer. Ella seguía mamando, realizando una buena felación profesional, dando el mayor placer al macho mamándolo como una experta, y mostrándole como a ella la complacía chupársela, exageraba los ruidos absorbentes y guturales de ahogo para darle más morbo. La quité las braguitas sacándolas con cuidado por los pies, con caricias en todo el trayecto, siguiendo las ondulaciones de sus bellas, largas y torneadas piernas. Hice el recorrido de vuelta despacio a la vez que le besaba las bonitas nalgas. Mis manos llegaron a la unión de los muslos y entonces se abrió para permitirme que llegara con la mano a la vulva, tenía los labios vaginales mojados y alcancé su puntito mágico de placer, comenzó a mover las caderas acariciándose el clítoris con mis dedos, olía sus jugos vaginales fuertes y agradables y me llevé los dedos mojados de sus secreciones a la boca paladeándolos con gusto, para a continuación comenzar a pasarlos en la entrada de su ano. Estaba totalmente depilada y no sentía en los dedos ningún vello, tampoco los tenía en el ano, me situé entre sus piernas y empecé a lamérselo, podía ver detrás de la cabeza de la mujer a Tomás con los ojos cerrados, disfrutando la buena mamada de la hembra y ella movía el culo de izquierda a ...
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