1. me voy a follar a tu mujer


    Fecha: 19/08/2019, Categorías: Voyerismo Autor: trikitrake, Fuente: xHamster

    ... Se lo pensó unos momentos hasta que, resignada, se sentó en la tumbona y esbozando una sonrisa, se sinceró con él, regalándole los oídos:- Está bien Luis, para qué negarlo. Ha sido la hostia. He disfrutado un huevo. He hecho por primera vez realidad muchas fantasías que solo satisfacía masturbándome, y admito que me has follado de puta madre, que tienes un pollón delicioso y que me ha entusiasmado comerme tu rabo. Pero ahora, te lo pido por favor, debo volver a mi realidad, con mi esposo y familia.Otra novedad para mí, ahora resultaba que mi esposa hasta se masturbaba soñando con machos, con pollas y Dios sabe con qué más. Pero más me sorprendió a continuación Luis, refiriéndose a mí.- ¿Y por qué no pones en práctica esas fantasías con tu marido?El gesto de Claudia, al escuchar esa proposición, reflejó muchas dudas al respecto, y sus palabras lo confirmaron:- Si lo hago creerá que soy una puta. Siempre hemos tenido un sexo de tres al cuarto, rutinario y aburrido, sin variaciones. El es muy tradicional, no le van todas estas cosas. Después de tantos años ¿cómo voy a plantearle todo eso? No, es imposible.- ¿Por qué no se lo dices, Claudia? - insistió él, y señalando mi posición con el dedo, siguió - tienes a tu esposo ahí al lado, asomado, y ha visto absolutamente todo lo que hemos hecho esta tarde.Mi shock fue total, no sólo por haber sido cazado in fraganti, sino sobre todo por descubrir que el amante de mi mujer sabía en todo momento que yo le estaba viendo besarla, ...
    ... sobarla, comérsela entera y follársela antes de correrse en su cara y boca. Fue tal mi confusión que sólo al rato me percaté de la presencia de mi esposa a la entrada de la estrecha estancia en la que me hallaba, aún ridículamente subido al taburete. Cuando la vi, tan asombrada y perpleja como yo mismo, aunque ella con el regusto de un polvo espectacular y yo con el de unos cuernos de campeonato, me bajé del taburete y ambos salimos al lugar de los hechos. Luis no estaba allí. Debió salir, probablemente para dejarnos solos, siendo el único gesto que pude agradecerle en esa alucinante tarde.Durante varios minutos estuvimos sentados en la tumbona del delito, uno junto al otro, sin decirnos nada. Yo no sabía por dónde empezar. Extrañamente no estaba tan cabreado como hubiera querido, para mandarla a la mierda, y tuve que esperar a que fuera ella la que lacónicamente empezara:- ¡Dios! Por qué no evitaste que pasara todo esto. Estabas ahí, viéndolo todo y te quedaste quieto, impasible. No lo entiendo.- Tiene gracia - contesté casi sin vacilar - de modo que no lo entiendes. Ahora resulta que el culpable soy yo por haberte dejado hacer todas las guarrerías que has hecho. ¿Qué pasa, tú no tienes nada de culpa en esto? Te recuerdo que nadie te ha obligado, tú misma te has prestado a ello, y además con gusto, realizando tus fantasías con otro hombre, con un desconocido ¿tengo yo la culpa de eso?- Lo siento - intentó rectificar ella - Me hubiera gustado contarte mis fantasías y haberlas puesto ...