MIS TRABAJADORES
Fecha: 23/08/2019,
Categorías:
Gays
Autor: J2939, Fuente: SexoSinTabues
... largo de mi vida me había metido gruesa pollas por el culo y algún que otro consolador de considerable tamaño, pero hacía ya tiempo que había olvidado esos placeres y mi esfínter estaba desentrenado, así que aquella penetración me estaba llevando a mis límites, en una apertura extrema y tirante que Liam debía de notar por cómo mi ano se aferraba y apretaba su pollón. Durante largos minutos estuve gimoteando y dando alaridos más cercanos a la tortura que al gozo y los otros tres, compresivos, me acariciaban la espalda, el cuello y el torso, buscando aliviar el atoramiento y congestión que sentía mi culo con tanta carne. Me decía que me calmara y que disfrutara de aquella polla superlativamente gorda, que gozara bien teniéndola dentro porque era maravilloso tener a un macho como Liam. Y yo me ponía aún más cachondo al escuchar aquellas palabras de boca de los otros tres cabrones heteros. El alivio fue mayúsculo tras cinco minutos, cuando el grandullón se salió de mí para dejar disfrutar a los demás. Zayn, el jovencito, me hizo señas, se sentó en el suelo con su rabo más erecto que nunca y yo me acuclillé sobre él para clavármelo, abierto como ya estaba en ese momento. La erección del chico era maravillosa, quizás provocada por ver como el semental moreno me había trabajado más a fondo que ninguno, demostrándoles lo que es ser un follador nato. Empecé a cabalgarme al chico como un cabronazo y éste me acariciaba mis duras tetas, mis tochos abdominales sudados y bien marcados y ...
... me masturbaba la polla. Estaba flipando con la desinhibición y calentura que mi cuerpo iba alcanzando. Al borde de la eyaculación, me rogó que por favor le dejara salirse de mí, cosa que hice. Él se levantó y yo me quedé sentado en la fría hierba del jardín, mirando a los cuatro machos, intentando racionalizar lo que me estaba ocurriendo. Pero era imposible. De pronto, Liam me agarró de los pies y tiró de ellos para arriba, haciéndome reír. Entonces quedé con la espalda tendida en el suelo y las piernas patas arriba. Él se arrodilló en la hierba, apuntó y me penetró profundamente, haciendo que mis ojos se pusieran en blanco y mi garganta comenzara a emitir gemidos y ruidos inconexos a un volumen por encima de lo normal. Y él me acompañaba con sus jadeos de macho en una perfecta orquesta. Cuando al rato se salió de mí nuevamente, ya casi había oscurecido por completo. Me quedé tendido en el suelo, sin resuello, sonriente y complacido con tal cantidad de sexo y de tan buena calidad tras la sequía de los últimos años, en que había aguantado a base de pajas y fantasías sexuales, como si hubiera hecho un voto de castidad. Pero no quería quedarme frío y les supliqué que uno me metiera su polla ya. Estaban transcurriendo demasiados segundos sin tener un palpitante cipote en mi ojete. Divertidos, los cuatro decidieron usar su característica fuerza bruta y me levantaron en volandas. Louis me sujetaba por el costado izquierdo, Liam por el derecho y Niall me sostenía la cabeza y la parte ...