1. Mi abuela Sara 3ª Parte


    Fecha: 26/08/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... madre que le repito es lo que más quiero en este mundo, lo más sagrado para mí. Con este juramento por mi madre quería yo remover sus más profundos sentimientos y lo logré , pues al momento oí que lloraba y se abrazaba a mí. Señora, ¿qué le pasa? ¿por qué llora? la verdad es que mi comportamiento estaba siendo algo cínico pues me había yo aprovechado de la situación de saber quien era ella mientras yo creía saber que ella no sabía quien era yo. En ese momento me dio un beso en los labios sin introducir la lengua y sentí sus lagrimas sobre la piel de mi cara. Le dije, señora no sé porque llora, pero sea por lo que sea yo siempre le perdonaría. Entonces ella también rompió su silencio y habló. Hijo, te llamó así porque por tu edad bien podrías ser mi hijo, lo que acabó de hacer contigo ha sido maravilloso pero a la vez ahora siento una gran vergüenza por haberlo hecho y nunca lo hubiese hecho si..... Entonces le interrumpí. Yo tenía otra vez la verga dura y tiesa y le dije, si nos vamos a sincerar el uno con el otro será mejor que lo hagamos uniendo nuestros cuerpos y experimentando el placer sexual que uno le da al otro. Ella se dejó penetrar y ...
    ... me dijo si, vamos a sincerarnos y apretó el interruptor de la luz de la mesilla. Al ver su hermosa cara, dije mamá que hermosa estás, perdóname mamá, pues el otro día escuché la conversación que tuviste con la abuela y me he aprovechado de ello para poder hacer el amor contigo, pero es que tenía tantas ganas de poseer tu cuerpo mamá, el cuerpo de la mujer que más quiero en el mundo. Sé que papá no puede follar y que tú tenías muchas ganas de hacerlo, pero ahora lo podrás hacer conmigo siempre que quieras. Carlos, hijo perdóname. Mamá, no hay nada que perdonar. Yo volví a introducir mi dedo en su ano, un ano que no estaba tan limpio como el de mi abuela el día anterior, un ano que no olía a agua de rosas como el de mi abuela. Y luego de haber hurgado el ano saqué el dedo y me lo llevé a la boca, lo chupé y saboreé haciéndole ver que nada suyo me podía dar asco, algo que sólo se puede hacer con una persona que amas de verdad. Y juntos volvimos a experimentar otro orgasmo, esta vez un orgasmo muy diferente a los anteriores, un orgasmo que sabía a sinceridad y que anunciaba otros muchos orgasmos fruto del más maravilloso de los amores. (CONTINUARA). 
«12345»