Mi nacimiento y evolución en el sexo II
Fecha: 26/08/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: argamedon40, Fuente: SexoSinTabues
... fuera casi desnuda y era motivo de nuestra excitación. Salimos juntos ya desahogados (por lo menos eso creíamos), Elsa nos sonrió y nos dijo: - Ya se me ha quitado la crema de protección, ¿qué tal si me la dais de nuevo entre los dos? Nos quedamos mudos, nos miramos y nos fuimos acercando cada uno por un lado, nos pusimos de rodillas y tras darnos crema en las manos comenzamos a acariciarla. Nuestras manos se cruzaban, cada uno se fijaba en lo que hacía el otro y si uno le pasaba los dedos por las tetas el otro hacía lo mismo. Ambos sabíamos que estábamos muy calientes, seguro que las dos pollas estaban deseando salir de su escondite para liberarse de la opresión del bañador. Elsa suspiraba, pero no se movía, cuando estábamos llegando a su culo, abrió las piernas. Eso nos inspiró y empezamos a masajear el culo y bajar por su raja, cada vez mas hacia su interior. Yo animado por lo de antes, decidí arriesgarme nuevamente y comencé a darle crema en sus muslos. Su respiración era cada vez mas acelerada, soltando de vez en cuando algún gemido. Su hijo le estaba masajeando el culo y metiendo la palma de la mano entre sus cachetes y yo le estaba dando masaje por los muslos, pero cada vez mas arriba, llegando a tocar su coño como por descuido. Ella se movió, nos quedamos parados y se dio la vuelta. Sus pezones mirando al cielo, sus ojos cerrados y sus piernas abiertas. No hizo falta que dijese nada, empezamos de nuevo por arriba, por los hombros, bajando enseguida a sus pechos ...
... tapados por su bikini. Nuestras manos rodeaban éste y de vez en cuando pasaban por encima de sus pezones como quien se despista, estaban fuera y eran muy duros. Elsa dio un gemido la primera vez que se los toqué, pero no dijo nada mas. Estaba muy lanzado, ya me creía capaz de todo, excitado y sin control. Mientras su hijo seguía alrededor del pecho, por su tripa y cintura, me lancé a sus muslos nuevamente, pero esta vez mis manos subían hasta sus braguitas tocándolas por encima. Le estaba tocando el coño y ella no decía nada. Su hijo me miraba asombrado pero caliente como yo paseaba su mano y sus dedos por su ano, apartando la tira del bikini. Después de un rato, cada vez rozando más su coño y su ano, Elsa se incorporó, nos miró y miró hacia nuestras entrepiernas, adivinando enseguida nuestra situación. - Chicos, quiero que vengáis conmigo, y no quiero ningún comentario. Se levantó y fue al interior. Juan y yo nos miramos, sabiendo lo cachondos que estábamos y la situación que teníamos ambos, nos colocamos nuestras pollas ya muy excitadas y le seguimos sin hablar. Cuando llegamos al salón, ella bajo las persianas y encendió la luz. Nosotros nos quedamos quietos de pie mirando lo que hacía. Nos hizo sentar en el sofá y comenzó a hablar. - Chicos, sé que estáis pasando por una mala época y en la que la gente joven está permanentemente excitada. - También sé que la imaginación trabaja muy rápido y que la experiencia de los jóvenes como vosotros con mujeres es mas bien escasa. - No ...