Eduardo llegó a mi vida cuando yo tenía siete años.
Fecha: 11/11/2017,
Categorías:
Gays
Autor: sweet.ciro, Fuente: SexoSinTabues
... paladar y lengua pero no me podía detener. Quería meterme ese enorme trozo en el cuerpo, por mi boca, pero era imposible, era demasiado grande. De pronto, sentí cómo Eduardo me sujetaba con una sola mano las dos nalguitas y, con maestría, introdujo su dedo de nuevo en mi culo… esta vez con fuerza y rapidez, casi lastimándome. Yo aullaba de gusto, entre reír y llorar, mi corazón palpitaba con mucha prisa. Ciruela! gritó… su verga que era grande, se endureció como piedra, sentí su convulsión en mi boca, y luego se disparó en chorros calientes contra mi paladar… uno, dos, tres, cuatro, cinco chorros que hervían, que perfumaban mi boca, labios, mi rostro. No sabía qué hacer, pero decidí no soltarme de su verga, era como mi salvavidas, porque estaba muriendo de un placer que no conocía. Seguí chupando su semen todo lo que pude, me enamoré de su sabor y su aroma, de su rara dulzura combinada con sal. Eduardo me jaló hacia sí, sin sacarme el dedo de su culo (yo estaba feliz de tenerlo dentro). Lamió el semen que había en mis mejillas, en mis labios, en mis cejas. Me beso e introdujo su lengua. Se me quedó mirando y dijo: sabes a mí. Y sonrió esta vez con los ojos cerrados, mientras su dedo jugaba libremente con mi culito, satisfecho. Esta fue la primera vez. Volveré a ustedes más adelante, con otro relato de mi niñez junto a este hombre, que hoy no está en mi vida, pero que no he olvidado nunca. Mi único hombre.