-
Papá y mis hermanas el mejor porno en vivo y en directo
Fecha: 28/02/2019, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Hansolcer , Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... su padre. Me corro bebe, me corro mmmmm mmmmmm me corro – dijo papá. Y como si aquello fuera una señal Isabel se movió rápidamente hacia atrás hasta quedar la entrada de su chocho frente al glande. Papá tomo su polla y con ella empezó a hurgar entre los labios vaginales de aquel virginal concha. Lily quien hasta ahora había estado quieta se acercó y uniéndose a aquel momento, ahora fue ella quién tomo la gruesa verga de papá para empezar a masturbarlo siempre intentando que la cabeza del pene, estuviera lo más cerca de la entrada de su hermana. No hubo más resistencia, aquel miembro pareció tener vida propia. Se hincho aún más y empezó a vomitar semen una y otra vez. 6 ó 7 chorros todos en dirección al rojo chochito de aquella hembrita que a sus 11 no podía negar que había heredado los genes incestuosos de nuestra familia. Mientras le echaban leche ella misma se abría los labios de su vulva. Inocente, en cuclillas. Nuestra hermana parecía estar viviendo el gozo que solo puede dar el sexo. En cuclillas recibió chorros y chorros de espesa leche que pareciera venir del alma de papá quien tras acabar quedó exhausto, cansado, con la reparación como si el aire no le fuera suficiente. Tras la puerta yo había dejado de masturbarme. Una vez más me veía asediado por la idea de entrar, plantarme frente a mi padre. Que pudiera verme. No como hijo, sino como el hombre con el que podría compartir las mujeres de nuestra casa. - ¿Ya terminó de lavar tu mama - Era la voz de papá ...
... preguntando a Isabel. Quizá hasta ahora cayera en cuenta que así como ella había llegado también mamá podía aparecer en cualquier momento. Seguían los tres en la cama, desnudos. Aquella idea debía inquietar a papá quién a modo de protección se cubrió con la cobija, sus ojos intentando ver más allá de la puerta como si un sexto sentido le advirtiera de que algo o alguien era testigo de sus secretos. ¿Y si entro ahora? – pensé. Fue instinto. Me moví al centro de aquel pequeño cuarto donde estaba y haciendo el suficiente ruido para anunciar mi presencia entré. Pude verlos, los tres bajo las cobijas como tantas veces los había visto y como muchas veces había estado yo con ellos durante una mañana de mimos y caricias padre hijos. Hoy era distinto, yo lo sabía. Ellos lo sabían, sus ojos los delataban. Hasta el mismo aire los delataba, el cuarto olía a sexo. La televisión casi muda y cómplice guardaba silencio. Dice mamá que porque tardas tanto – mentí dirigiéndome a Isabel. Dueño de la situación caminé hasta el televisor y le subí el volumen. Sabía que era el momento, tenía la sartén por el mango. Los calzoncitos tirados al lado de cama eran prueba suficiente de lo que estaba sucediendo en aquel cuarto. Papá no tendría otra opción que aceptar. Era ahora o nunca ¿Cómo decirle? ¿Aceptaría que yo fuera su ayudante sexual en aquella familia de hembras gustosas por el sexo? No pude hacerlo. Parado frente a él, mirándolo a los ojos supe que había un secreto compartido. ¿Sabía mi padre de ...