Microbús - Relatos Eróticos

Microbús

... que onda, que seguía.
Me empecé a reír y le dije que se tranquilizara, al principio me pareció algo raro estar dentro de una micro y más si quería coger, luego, me senté en sus piernas y se puso nervioso, le dije que se calmara y le acaricie la cara, le hacía masajes en el pecho y lo abrazaba y empezaron los besotes. Vaya hombre si sabía besar, acto que me mato de risa y me pregunto que pasaba, yo le dije que nada, que era romántico estar dentro de un microbús.
Se empezó a reír también, yo por mi parte empecé a pensar qué onda, jamás me imagine que en el microbús que me subía para ir a casa, terminaría echando pasión con el dueño de esta, esas cosas son extrañas, ¿no crees? 
La descripción del chofer es de unos 29 a 32 años, esta todavía joven, medio morenito, como unos 1.70 metros y tiene carita de chamaco todavía, tiene como que bigotes y su acento pare del estado, su complexión era medio delgado y tiene panza chelera, le pregunte su nombre y me dijo algo Gerardo o Genaro algo así, su voz estaba temblorosa.
Note que se le empezó a parar el pene por los besotes y me miraba con pasión, y me susurraba repetidas veces la palabra “te amo chiquito, ahora eres mío”. Yo solo sonreía y me reía interiormente, luego me empezó a manosear el pecho, los pectorales, la cola y el pene, y empezó a besarme el estómago, me hacía cosquillas y me empezó a quitar la chamarra y playera y empezó a lamerme los pezones. No manches, nadie me ha tratado con tanta pasión y cariño, eso si que me ...

... dejo boquiabierto e incluso me empecé a imaginar una relación con él, es una persona educada, doblo mi ropa y la puso encima del tablero.  
Acto seguido, el chofer me quito de encima de sus piernitas y me sentó en el asiento detrás del asiento del conductor, se empezó a quitar el pantalón y lo aventó con desesperación, hasta se le cayeron unas monedas, después se puso encima de mí y me empezó a besar, yo le dije que si se le hacia un oral y el me dijo que nel, que no le gustaba que se la mamaran ni las mujeres y siguió besándome, solo sentía su penesote ese, que me lo pegaba desde el escroto hasta mi abdomen (obviamente recorriéndolo de arriba abajo), luego se quitó de encima y se fue hacia el tablero y saco un lubricante, pero era para mujeres.
Me abrió las nalgas y me lubrico metiéndome los dedos en la cola rápidamente y de esa forma logro dilatarme el ano, el chofer sonreía y después tapo la botella y me dijo algo que jamás voy olvidar: “hoy me vas a aprender a amar, pinche muchachito cabrón, te preñare”
Y el wey me empezó a coger y el pinche microbús se movía bien cabrón, le dije que, con cuidado, que no mamara, que alguien podría darse cuenta. Después de un rato y sin responderme se detuvo a ver que no hubiera nadie, me beso muy rápido y siguió cogiendo y me dijo que no había problema, que conocía la calle y que en la noche casi no había ni un alma por ahí, cogía rápido y se tardó más o menos 20 minutos sin cambiar de posición, aguantando como todo un macho y me decía ...