Dario, el de Rugby 2 - Relatos Eróticos

Dario, el de Rugby 2

... segundos, pero no pude conterme y respondí "cuando quieres que vaya"? 

"Te veo con ánimos de volver a verme eh. Pues vente ahora, que te espero aquí". 

Me mordí el labio y tiré mi cabeza para atrás. No sabía como iba a llegar allí con una erección así. El solo estaba a cinco minutos, pero no quería encontrarme a nadie por el camino. No es que fueran a saber donde iba pero... Alomejor la tenía dura y lo verían. Decidí hacer unas cuantas flexiones, ducharme y vestirme y lo hice en casi cinco minutos. 

Salí por la puerta de casa y aceleré. No la tenía dura ahora mismo, o no lo suficiente para que lo pudiese ver alguien a mi alrededor. Con suerte, apenas había nadie. No sabía porque, pero no le quería hacer esperar, y creo que era porque me preocupaba que se aburriese de esperar. Recibí un mensaje de él, "ya has salido de casa"? 

"Ya casi estoy ahí, que boton aprieto"? 

"Madre mía, vienes con ansia eh? Es el tercero B".

Lo cierto es que si que ib con ansia... Y morbo y calentón también. En cuanto llegué, me abrió enseguida y cojí el ascensor hasta su piso. La puerta estaba abierta. Entré y cerré la puerta detrás de mi. Llamé su nombre después de unos segundos y me contestó de una habitación con la puerta cerrada. Al entrar, me lo encontré en su cama, con un ordenador delante, viendo porno claramente. Su habitación era un caos. Tenía ropa por los suelos, y tuve que andar con cuidado para no pisar sus boxers. Tenía posters de tos en las paredes. Iba con chándal, y ...

... podía ver sus músculos bien definidos a través de la camiseta. Olía a su sudor y más que la otra noche. "Ei, que tal. No te aguantabas eh"? 

Se levantó y se acercó a mí. Cerró la puerta detrás de mi, pasando su brazo por al lade de mi cara. Olía mucho a sudor, y hubiese sido molesto si no me pusiera tanto. Pareció darse cuenta de que lo había olido, "Acabó de volver de entrenar. Espero que no te moleste el olor. Veo que te has duchado... Muy bien hecho. Me gustan más mis putitas si huelen bien". 

Me cogió por la espalda y me guió hasta la cama. Dejó su ordenador en el suelo y se sentó a mi lado. Tenía una mesita de noche a su lado con una cerveza que ya había empezado. La cogió y se la acabó de un trago antes de volver a mirarme. Al estar en su cama pude ver algo en el otro extremo de la habitación. Había un condón usado en el suelo. Se jiró para ver a qué miraba. "Ah si, eso es que me traje a una chica aquí ayer. Pero hoy parecen estar ocupadas todas. Que suerte has tenido no"? 

Yo me había sentado normal, a su altura y con mi espalda contra la pared. Agarró mi mano y la guió hasta el bulto que tenía en el chándal. Y en ese instante supe que, como la última vez, haría lo que me pidiese. Era tan gruesa que me hacía querer meterme el dedo. Entonces pregunté algo, "Nunca llevas boxers"? 

"No siempre. Te pone"? Me dijo con una voz grave. 

Mis dedos intentaron darle la vuelta a la polla incluso por encima del chándal, pero no podía, no llegaban. "Si"...contesté en ...