1. Dario, el de Rugby 2


    Fecha: 11/06/2019, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Alexxx, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... bajito. 
    
    Se bajó el pantalón hasta las rodillas y mi mano volvió a ponerse sobre su verga. Ahora mismo, yo tenía la mayor erección que había tenido en la vida. Con un poco de descaro, mientras yo estaba salvando al ver su miembro, posicionó su mano derecha detrás de mi cabeza. Primero solo me frotó un poco el pelo, pero luego me guió hasta su polla. Mis labios volvían a cubrirse con su precum. Y su olor inundaba mis sentidos. Puso el dedo pulgar de su mano derecha en mis labios. "Abre". Seguí sus órdenes y pasó su dedo por mis labios, y entonces lo sacó para introducir su polla del todo. 
    
    El sabor me enloqueció. Era salado pero era una sustancia consistente. Me cubría la garganta y entraba en mi boca. El olor era imposible de ignorar y me empezaron a llorar los ojos. Cambió a su mano izquierda y empujó sin ninguna preocupación hasta que me llegó a la garganta. Con la otra mano, agarró mi pene. No por darme placer, pero par ver si la tenía dura. "joder, ya te está babeando la polla? Si ni te la has tocado tío. Supongo que te pone mucho que yo esté al cargo no? Te pone que te dominen hombres más grandes que tú? Lo mejor es que se que te puedo pedir lo que sea y lo harás".
    
    Mientras el hablaba, yo gemia. No podia hacer nada más. Todo lo que me decía era cierto, y aunque me degradaba, me encantaba que fuera el el que lo hacía. De repente, empujó mi cabeza hasta que mi nariz se metió en su vello púbico. Y ahora, el olor era casi físico, era tan intenso... No podía ...
    ... respirar con su miembro tan profundo en mi garganta. Me empezaron a llorar más los ojos y me puse rojo. Intenté levantar la cabeza pero no parecía querer dejarme. Me miraba con una sonrisa grotesca, y lo peor de ella es que me encantaba. Al fin, apartó sus manos y respiré. Cojí bocanadas de aire y empezé a toser. Me aparté de él que pareció molesto. 
    
    "lo siento". Dije entre respiros.
    
    "Esto solo significa que te voy a tener que enseñar a ser una putita. No sabes respirar por la naríz o que"? Me di la vuelta para volver a mirarle. Su mano frotando su pene lentamente, aún cubierto de saliva y precum. "No pasa nada, pero tendré que castigarte". 
    
    Le miré a los ojos, y sin borrarse esa sonrisa de la cara, me guiñó un ojo. En ese momento supe que sería su puta de por siempre. Porque hiciera lo que hiciera, yo lo aguantaría con tal de volver a lamer su precum.
    
    Se arrimó a su mesilla de noche y abrió un cajón. Sacó un dildoe un poco más pequeño que su propia polla. En ese momento, me asuste. Nunca me habían follado el culo, y a Dario no parecía importarle si algo me dolía o no. Lo sacudió un poco, haciéndolo moverse de una manera que me hizo babear. "mira, si lo llames bien, entrará bien. O así funciona con los coños"...
    
    Me lo dió, y sin ninguna queja comencé a mamarlo como me había indicado. Sin poder evitarlo, una mano pasó a mi culo y comencé a hacer espacio. El me miraba con interés y con la mirada que pone un depredador a su presa en la jungla. Cuando ya estaba bien ...