LAS BRAGAS DE MI CUÑADA
Fecha: 11/06/2019,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Love areolas, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... pudiera tener a esta tía a cuatro patas con esas braguitas..., yo me correría mil veces, ¡pero que morbo me daba la muy capulla!. No se ni de que hablamos, de mi mente no se iba aquella imagen, era como una fotografía que se había detenido en el tiempo, en mi mente daba vueltas el... como sería por delante, sería de infarto, me imaginaba aquel coño transparentándose a través de ese velo blanco de encaje... para morirse.... y me decía a mí mismo... ¡Pero quien será el afortunado que se folle a esta cabrona...!.
Mi polla permanecía durísima mientras la escuchaba durante el resto del café, casi babeaba de pensar en como sería follarme a Carmen, me flipaban sus tetas y no podía dejar de fijarme de vez en cuando (cuando sabia que no me veía) como se notaban tenue y delicadamente aquellas maravillosas y rosadas areolas y como se marcaban suavemente sus pezones en la camiseta, hubiera dado lo que fuera por haber podido comerme aquellas dos frutas de la pasión.
Al cabo de un rato se levantó y se fue de la cocina, yo me levanté al poco aun empalmado de la excitación que tenía, el bulto en mi pantaloncito era ostensible, me había colocado de pie apoyado sobre la encimera mientras terminaba mi café cuando de repente y por sorpresa Carmen apareció de nuevo por la puerta..., en aquel instante no supe durante unos segundos como reaccionar hasta que mirando a sus ojos pude ver como dirigió su mirada a mi entrepierna observando el bulto en mi pantalón y que era imposible de disimular. ...
... Me di media vuelta al momento tratando de ocultarlo con cualquier chorrada pero también me dio tiempo a pensar que ella habría adivinado cual era la razón de la hinchazón de mi polla, y esa razón no podía ser otra nada más que ella. Aunque no creo que su intención fuera la de provocar, dada la mutua manía que nos teníamos ambos, lo cierto es que siempre andaba así por casa por las mañanas y eso a la muy cabrona la hacía aun más deseable.
Al cabo de unos segundos y por la pillada mi polla fue relajándose como por instinto, me volví a dar la vuelta dejando de jugar con la cafetera (lo primero que tenía a mano para disimular cuando ella entró de nuevo) y dijo:
_ ¿Te vas a poner un tercer café...? (con una sonrisa picarona a más no poder)
Yo sin darme cuenta por los nervios me había servido de nuevo de la cafetera.
_ Eeeeh... Ah, si, es que me apetecía otro
_ Pues ten cuidado, que el café es afrodisíaco (dijo manteniendo la sonrisa)
La muy cabrona seguía sonriendo de manera cínica y yo estaba seguro de que era porque me había pillado totalmente empalmado y además me vacilaba con la bobada del café afrodisíaco.
_ Bueno no será para tanto, no sé si el café tendrá esos efectos (le respondí)
_ No sabría que decirte... a juzgar por como estabas... (con risitas entre dientes)
La muy puta me hacía ver que me había visto en plena erección y yo no sabia ni que decir ni que hacer.
_ Bueno..., esto..., es que..., algunas veces..., en este tiempo..., por las mañanas....
_ Ja, ...