1. LAS BRAGAS DE MI CUÑADA


    Fecha: 11/06/2019, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Love areolas, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... cuñada, y esta la disfruté de lo lindo, fui a su habitación en la que había de todo por el suelo, incluso un tanga liso negro, yo buscaba algo mas sexy y rebuscando en su cajón encontré sus bragas, que maravilla, las había de muchos colores y tipos, tangas, bragas, finitas, de encaje y lisas, escogí unas rojas de encaje preciosas que estaban al lado de un sujetador del mismo color a juego, las cogí y no dude ni lo más mínimo en volver a pajearme con ellas, las envolví en mi polla y a punto estuve de vaciarme sobre sus bragas, menos mal que en el último momento justo cuando me iba a correr las lancé lejos para no mancharlas, ya hubiera sido la leche..., encima correrme en sus bragas y no me habría dado tiempo a lavarlas y que se secaran antes de que ella volviese, las guardé entonces en el bolsillo de mi pantalón para luego ir a devolverlas a su sitio original. El resto de la mañana la dediqué a vaguear, ver la tele y preparar la comida. 
    	
    A las dos y media mientras yo estaba en la cocina oí un coche aparcar delante de la casa, al rato Carmen entró en casa y sin decir nada se fue a su habitación, fue en ese preciso instante cuando... ¡Tierra trágame!, ¡se me había olvidado volver a colocar sus bragas rojas en su sitio!, cuando tenga la mínima oportunidad las iré a dejar para que no se percate (me dije confiado). A los tres minutos Carmen salió de la habitación y entrando en la cocina: 
    _ ¡Hola!, ¿Qué tal la mañana? Dijo de maneara muy desenfadada y en un tono amable ...
    ... que se me hizo muy raro.
    _ Aburrido y vagueando, y también haciendo la comida. (no pude dejar de fijarme que se había puesto una camiseta blanca tipo shirt de tirantes y un pantalón corto)
    _ Eso esta bien, como el hombre de la casa... ja, ja, ja.
    _ Ya que estoy de ocio, ¿pues echaré una mano no?
    _ Vale, entonces yo voy a poner la mesa para cuando venga mi hermana
    _ Venga, te ayudo, dije yo.
    	Mientras colocábamos los platos y cubiertos en la mesa y estando yo enfrente, al echarse ella un poco hacía delante... ¡Dios mío!, me pareció ver que llevaba puesto el sujetador rojo a juego con las bragas que yo aun tenia en mi bolsillo. Al terminar nos pusimos a sacar las cosas del lavavajillas y fue entonces cuando no me quedó la menor duda, al agacharse para sacar las cosas yo me quedé esperando a lo que sabía que iba a suceder, el escote se le vino hacia delante en exceso y pude ver claramente que llevaba puesto el sujetador rojo que antes de que ella volviera estaba en el cajón de donde yo había sacado sus bragas para pajearme. Además me quedé ensimismado en su canalillo que se veía perfectamente desde mi perspectiva, en ese instante y como adivinándolo Carmen dirigió su mirada hacia arriba y me pilló con todo el equipo, mis ojos clavados en su escotazo y sus tetas, su mirada era de pocos amigos, aunque se había percatado de que yo le estaba mirando a las tetas no dijo nada y solo sonrió con ironía. No sabía donde meterme, me había pillado haciéndome una paja antes, y ahora ...
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