Convenciendo a mi suegra (Capítulo 2)
Fecha: 20/11/2017,
Categorías:
Incesto
Confesiones
Autor: brandonloredo, Fuente: CuentoRelatos
... me cambio, y así lo hice pero yo no cerré totalmente la puerta, jeje. Ella como si nada siguió secando su cuerpo y su pelo, y poniéndose crema bajo la bata, sabía perfectamente que yo la estaba espiando desde mi puerta entreabierta, no me dejo ver nada. Yo en el baño por poco me masturbo de tanta adrenalina contenida, mis huevos suplicaban ya los vaciara un poco, pero yo tenía esa leche destinada para ella, y esta noche seria. Cuando yo salí del baño, ella ya casi terminada de vestirse, solo le faltaba subir el zipper del vestido, cosa que me pidió de favor, yo con todo gusto le ayude, y pude apreciar esa bella espalda, tersa y suave como la seda, el vestido tenía un escote hasta sus nalgas, ups, que cosa tan erótica, pensé. Mi verga reacciono violentamente y pensé en darle un arrimón, pero ella lo intuyo y se apartó, siguiendo con su arreglo. Yo intencionalmente para cambiarme solté la toalla y quede en pelotas, ella me miro de reojo y sonriendo me dijo; -¿Oye y esa cosa nunca se te baja o qué? –mira nomas como la traes, creo que esta hasta morada. Y fue donde estaba yo y me la agarro por la base, tanteando el grosor y el tamaño de mis huevos, y me dijo pícaramente, relamiéndose los labios. -¡Harías muy feliz a cualquier mujer con esa tremenda cosa, cariño! -Pero vístete anda, que se nos hace tarde, luego veremos qué hacer para remediar tus males, rio escandalosamente, y yo me cambie, necesitaba tiempo para tramar algo. Nos arreglamos lo más que pudimos, y así vestidos de ...
... etiqueta estábamos listos para la boda, ella con un vestido entallado tipo sirena, que marcaba increíblemente sus esplendidas nalgas, y su pronunciado escote, donde sus tetas libraban una batalla por salir. Su maquillaje perfectamente aplicado y delineado sus ojos, su pelo rubio platino brillaba como plata a la luz de los faroles, sus altas zapatilla marcaban sus piernas de forma alucinantemente perturbadora. Yo seguía mi lucha eterna con mi pene, siempre tieso, siempre listo. Llegamos a la boda, que estaba a todo lujo, gente muy distinguida y bellas mujeres por doquier, pero la mía era la más sensual y bella, que todos los hombres volteaban a verla con ojos de lobos hambrientos, pero no les sería fácil quitármela, ella iba de mi mano. Las miradas hacia ella no cesaban, los tipos descaradamente le miraban su culito y la desvestían con su mirada, yo me estaba poniendo celoso un poco, estaba algo incómodo. Llego un tipo a saludarla, bien parecido fortachón y de cierta edad, ella se paró y lo saludó con un beso, el aprovecho para abrazarla más de la cuenta porque se la pego contra su cuerpo, ella no dijo nada, y despidió al hombre aquel. Yo ardía de celos, y la verdad algo se estaba moviendo en mi alma, hasta fiebre creo tenía ya, no soportaría el coso de los hombres hacia ella, terminaría golpeando a alguno. Esa noche cenamos, bebimos y bailamos como dos recién casados, ella se dejaba adorar por mí, yo en los cuernos de la luna, pegaba su cuerpo al mío sintiendo la fragancia de ...