POR GUACHA Y POR PUTA ME HICE ROMPER EL CULO
Fecha: 22/02/2020,
Categorías:
Confesiones
Tus Relatos
Autor: NOELIA, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... tener 31 atemorizantes centímetros de largo y en el grosor mi cálculo fue exacto.
Nunca hubiera creído que pudieran existir pijas tan largas y tan gruesas, me corrían chuchos por el cuerpo. Pero ningún miedo y mucho menos dudas, yo me iba a comer aquel cipote aunque me partiera al medio.
Cuando paró el auto, me enderecé y ahí sí me corrió un temblor de miedo, pero, miedo de perder la oportunidad de hacerme coger por aquel pijón. El tipo había entrado al garaje del edificio donde él vivía, pero resulta que era el mismo edificio donde yo estaba viviendo con mis viejos.
Quizás por temor, o simplemente por la calentura que dominaba mi cuerpo y mis razonamientos, haciéndome ignorar peligros o miedos, con mi mente puesta solamente en hacerme coger. Había vuelto a arrodillarme y seguía mamándole la guasca.
Sin soltarle la verga, ensopada de caliente, lo miré casi implorando, le dije que ahí también estábamos viviendo mis viejos y yo. Y si alguien me veía iba a armarse cagada. Pero, enseguida dije... “si te parece peligroso y no tenés otro lugar donde llevarme, aunque sea cógeme aquí en el auto”
Estaba desesperada por comerme el vergón, no podía aceptar la posibilidad de perdermelo.
Por suerte antes de yo caer más bajo y terminar pidiéndole que esperara la noche para garcharme en la playa. El, también calienta al ver mi desesperación por comerme su verga, acariciando mi cabeza que subía y bajaba sin parar de mamársela, me tranquilizó diciendo que se iba a fijar y si no ...
... andaba nadie me haría señas.
Al verlo haciéndome señas salí casi al trote con mi tanga ensopada por mi concha caliente. Tan alzada estaba que no pensé que al ir subiendo correría el riesgo de que el ascensor parara en el piso de mis viejos y ellos justo lo estuvieran esperando.
Pero otra vez me acompañó la suerte ya que el loco vivía en el penthouse del edificio por lo que su ascensor subía directo sin parar en ningún otro piso. Al sentirme nuevamente libre no tarde un segundo en estar nuevamente arrodillada y prendida de la verga que ahora sí era seguro que me iba a coger.
Ni se me pasaba por la cabeza lo que pasaría al rato.
Entramos al apartamento que ocupaba todo el piso.
Y tirando de mi mano me llevó rumbo a la cama.
Una cama enorme con espejos en el techo. Me empujó suavecito para que me acostara mientras él puso música bien alto.
Yo era una guachita pero nunca fui tonta, al ver el volumen al que ponía la música me dije a mi misma, corriéndome chuchitos en la concha... ¡¡a la mierda subió el volumen para que no vayan a sentir mis quejidos cuando me este garchando!!
Yo pensaba que mi concha iba a sentir algún dolor por lo menos en los primeros momentos, pues repito que hasta ese día solo me había entrado la pija de mi novio. (que no era ni la cuarta parte de aquel pedazo)
El tipo me abrió las piernas y me empezó a chupar la concha, a mi novio en esa todavía le faltaba aprender bastante. Los movimientos de su lengua y después sus dedos me hicieron gozar y ...