El niñero: en la cabaña
Fecha: 23/11/2017,
Categorías:
Gays
Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues
... respiraciones se aceleraron cuando por fin estuve completamente dentro de él. Me quedé ahí, y esperé a que se acostumbrara. Las contracciones imperiosas que realizaba su ano, producían que me mantuviera al borde del orgasmo. Sus besos se volvieron desesperados, y cada vez que mordía su labio, sentía un apretón en el tronco de mi verga. -Tus pelos me hacen cosquillas –sonrió. Mi pubis estaba pegado a la piel de sus nalgas. Volví a su boca, y ahogué los gemidos que realizaba cuando comencé a taladrarlo. Primero fui lento y, a medida que se acostumbraba, fui aumentando la velocidad. Sus gemidos eran tan sensuales, y cargados de tanto placer, que me llevaban al éxtasis. Mordí sus labios, y succioné su lengua. Él estaba drogado por la cantidad de cosas que estaba sintiendo. Saqué mi pene para alargar un poco más la situación, y me coloqué sobre él en posición 69. Apenas succioné su glande, una ola de su baba cayó en mi boca. Casi al mismo tiempo, y sin que yo se lo pidiera, sus labios se cerraron entorno a mi pene. Probó tanto mis jugos, como los de él. Jugué con mis dedos en su dilatado y sensible ano. Disfruté cuando su carne se contraía entorno a ellos. Sentí su respiración elevarse, y supe que estaba pronto a llegar a su orgasmo. Me levanté con rapidez, y, tomándolo de su cintura, lo ayudé a quedar sobre mí. Entendió el mensaje, y lentamente se fue ensartando en mi miembro. Comenzó a gemir más alto, y tuve que ahogarlo con mi mano. Su ano cada vez se contraía más fuerte. ...
... Cayó sobre mi cuerpo, y comencé a sentir sus últimas contracciones. -Mírame –le ordené, mientras su pene se frotaba contra mi abdomen-. Quiero ver tus ojos cuando te corras. Sus ojos me miraron, y noté cuando iban perdiendo su foco. Un gemido desesperado salió de su boca, y una liquidó caliento comenzó a derramarse a la altura de mi ombligo. Su ano se cerró de forma imposible y me obligó a escupir todo el contenido de mis testículos. Me tomó toda la fuerza del mundo no gritar, pero, aun así, un gemido animal salió de mi boca. Con una ultimas envestidas, terminé de vaciarme, y quedamos agotados sin ser capaz de movernos. -Eso… No sé qué decir –Sus mejillas estaban agolpadas de sangre, y su piel cubierta de sudor-. Fue genial. Sonreí, y le deposité un beso en su boca. Retiré mi miembro de su culo, y salió acompañado de un líquido blanquecino con algunas pintas rosáceas. Rompí el culo de ese chico. Me levanté, y le dije a james que nos ducháramos. Me di cuenta que le costaba caminar, por lo que fui a ayudarlo. Muecas de dolor aparecieron en su rostro cuando daba un paso. Una vez en la ducha, enjaboné su juvenil cuerpo y lo bañé con ternura. Luego, nos secamos y me fui a la cama. James se quiso quedar a dormir conmigo, y no me negué. La condición era que nos teníamos que despertar temprano, para que se fuera antes de que nuestros padres llegaran. Desnudos, nos cubrimos con las sabanas y lo abracé por la espalda. El calor de su suave piel fue recibido con gusto. Mi pene comenzó a ...