El albañil marroqui. (Cuarta parte)
Fecha: 25/03/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Manu, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... mi recuerdo... recordaras que tengo una joya para ti... un animalito que te ha dado mucha felicidad !.... Nadie puede competir con mi instrumento !!..." Unos segundos después escuché un muy audible "Ahhhh !..." y sentí un hilo ininterrumpido de esperma fluyendo de mi ano a lo largo de mis muslos. Mehdi se había vaciado en mi culo por la última vez de mi estancia. El sabía que al día siguiente yo iría con Kacem a un pueblo de pescadores para saborear pescado a la parilla, y que al día siguiente tomaría otra vez el aereo rumbo a mi país. Por las dos noches que quedaban, su hermano no le permitería hacer sexo conmigo, reservandose la exclusividad de mi ojete para vísitas repetidas y candentes. Como para agradecerme el placer que había tomado conmigo, Mehdi acercó su boca con la mia y me besó con avidez. Nuestras lenguas se mezclaban y nuestras bocas se aspiraban en una última y sabrosa mezcla de nuestros cuerpos. Sentí que este joven había vivido, a través de mi, momentos inolvidables de disfrute sexual y que él, sinceramente, lamentaba mi partida.
Al día siguiente, con su camión Kacem me llevó a la costa, a un pueblo de pescadores, Aglou, donde conocía a dos chicos, dos primos, pescadores de padre a hijo. La costa era hermosa, pasamos por Mirflet, con su enorme playa. Luego pasamos Aglou. Los dos pescadores poseían una pequeña casa junto al mar, donde, advertidos por Kacem, nos estaban esperando, felices de recibir a un extranjero. La casa era modesta, y tan pronto como ...
... nos bajamos del camión, los dos hombres, jovenes, sin camisa, con pantalones de tela frotados por el sol y el agua salada, vinieron a darnos la bienvenida. Se besaron en la mejilla con Kacem y me sacudieron la mano muy amablemente. Debían haber entre 25 y 30 años. Los dos se parecían como primos reales. Más fortachones que Kacem tenían poderosos torsos con pectorales y brazos musculosos. Su piel bronceada era lisa y sin pelo. Sus pantorillas también eran musculosas y creo que , a pesar que sus pantalones muy amplios no permitían verlo, debían tener cada uno un paquete de acuerdo con el resto de su cuerpo...
Como ya era mediodía nos propusieron que vayamos a la terraza frente a su choza para tomar una cerveza helada. Ya habían preparado el pescado, capturado por ellos mismos, y que iban a asar. Tenían grandes parillas colocadas en una barbacoa muy artesanal pero seguramente efectiva. En lengua "amazight", el idioma de los Bereberes, me dieron el nombre de cada pescado del menú. No entendí, claro, pero reconocí entre otros pescados unos besugos verdaderamente magníficos. No hace falta decir que los cuatro nos deleitamos con estos pescados perfectamente asados. Kacem estaba encantado y orgulloso de poder mostrarme la calidad de lo que estos dos chicos nos habían ofrecido a comer. La comida iba acompañada de cervezas heladas que bebimos sin moderación. Yo estaba un poco mareado, y Kacem me aconsejó que me quedara dentro de la cabaña a descansar, mientras él salía a dar un paseo ...