Una buena capacidad de entrar...
Fecha: 07/04/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Fernando, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... ventana de la sala de estar, se acercó a un estante donde tenía algunos objetos insólitos traidos de mis viajes, y luego : "Realmente no está mal tu apartamento !... Eso es lo que me gustaría tener un día para invitar a mis conquistas !..." -"Estoy seguro, Carlos, de que lo lograrás. Vamos ! Quitate tu camiseta y tus bermudas, que pueda lavarlas a máquina. Y como tengo una secadora, podrás de nuevo mañana salir limpiecito..."
Carlos se desnudó en un abrir y cerrar de ojos. Como había adivinado, él no tenía calzoncillos ! Por eso en la cancha su miembro se balanceaba en todas direcciones... Por supuesto, él no llevaba ropa interior, el cabrón ! En verdad, eso me lo hacía todavía más sexy. Al verlo, de pie frente a mí, con el traje de Adán, su pene en reposo y sus bolas colgantes, el chico me parecía aún más apetitoso... No pude contenerme : "Oh Carlito, que hermoso eres ! este cuerpo perfecto, esta piel lisa... y este sexo que tienes !!! Qué maravilla ! Qué lástima que prefieres a las niñas... Estoy seguro de que mañana habrás cambiado de opinión i... y que no te podrás prescindir de una buena colita de hombre !..." Carlos agarra su verga y se rie : "Veremos, papito, como ella reaccionará.... y cuales culitos ella prefiere ? Pero te lo advierto, ella es el tipo de animalito que siempre quiere repetir. Me vas a suplicar de detenerme... pero mi pene es insaciable... y puede eyacular litros en una noche !... querendo siempre más. Cuidado, papito, vas a sufrir mucho ...
... !..."
Saliendo de la ducha, Carlos secandose se acercó de mi. Me besó. Nuestras lenguas se mezclaron. Sus manos empezaron a tocar mi torso, manos grandes, gruesas y ásperas. Bajaron hasta llegar a mis glúteos. Carlos me daba masajes sobre mi pantalón, metía las manos en las bolsas traseras, pellizcaba... Sentía toquecitos eléctricos sobre mi cuerpo cada vez que me hacía eso. Se dió cuenta que tenía cinturón y que la cosa se complicaba para acceder a mi ropa interior. Dejamos los besos para que pudiese ayudarlo. Por fin los desabrochó y bajó mis vaqueros. Nos levantamos al mismo tiempo, sin dejar los besos, y empecé a bajarme los calzoncillos. Carlos se dió cuenta que mi pene estaba erecto. Lo tocó, pasó una mano sobre mis bolas. Sus caricias me hacían temblar de gozo. Logré separar sus labios de los míos, para bajar por su pecho lentamente, mientras que mi lengua jugaba con su ombligo, y finalmente llegar a su falo, erecto y duro. Frente a mi cara s'encontraba una bestia enorme, gruesa y larga, mínimo 20 centímetros, de piel oscura, con un mechón rizado arriba. Esa herramienta de semental estaba más negra, como también sus enormes bolas totalmente lampiñas. Qué ricura ! Esa extremidad de carne entre sus piernas parecía una tercera pierna que no se habría formada al final. Lo tomé con mis dos manos, lo acaricié para luego comenzar a mamarlo, recubriendolo de mucha saliva. Me empeñé en meterlo todo en mi boca, pero no podía, estaba demasiado grande y grueso, por lo que sólo llegué ...