Gemidos en la playa. - 3 -
Fecha: 23/04/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Fernando, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
Bahía Solano. - Día 3 -
Aunque agotado por dos días y noches de intensas piruetas sexuales, durante las cuales muchachos chocoanos muy robustos visitaron mis partes más íntimas y vaciaron en mi culito sus cojones sin restricciones, había planeado que este tercer día de mi corta estancia en Bahía Solano sería dedicado a dos espectáculos naturales excepcionales que atraen a esta costa atlántica de Colombia centenares de amantes de la naturaleza y el medio ambiente. Hablo de las balleñas jarobadas y de las tortugas marinas. Como dije, afortunadamente, estaba en la época correcta del año para asistir a estos espectáculos de la naturaleza.
Me levanté temprano, tomé una pequeña mochila donde puse gafas de sol, gorra, crema solar. Tragué una tableta contra el mareo y fui al pueblo a buscar un barco donde quedaba sitio. Tuve suerte : un niño me hizo señas con la mano para dirigirme a una lancha a punto de salir al mar. El "capitán" era un hombre negro, alto y robusto, de unos cincuenta años; me explicó que sería nuestro guía. Su asistente me entregó un chaleco salvavidas que tuve que ponerme de inmediato. Los otros turistas eran extranjeros, holandeses o alemanes, y dos mujeres proveníentes de Bogotà. En total conmigo éramos siete. Inmediatamente el asistente del capitán, un muchacho de unos veinte años, me llamó la atención. Era un hermoso chico negro, muy fuerte. Debajo de su chaleco se veían pectorales marcados y los pequeños cuadritos muy firmes de sus abdominales. ...
... Además, llevaba bermudas de lycra, como las de los ciclistas, que moldeaban bien su miembro y sus pelotas. Aunque, durante la excursión de cinco horas, tendría el tiempo de deleitarme viendo ese espécimen de joven macho chocoano, sentí que iba a sufrir por no ser capaz de tantear un poquito su instrumento de placer, un pedazo bien voluminoso aunque en reposo... Tendría al menos, durante el día, la oportunidad de hablar con él, y hacerle entender que estaría feliz de invitarlo a tomarnos unas cervezas en mi cabaña ? Me enteré más tarde que era el hijo del capitán. No es de extrañar : el padre también tenía un paquete muy prometedor...
El último lugar que me quedó para sentarme fue en la parte trasera del barco. Era el hijo él que conducía. La lancha volaba hacia adentro del mar. Después de media hora nos sorprendió ver delfines saliendo del agua acompañandonos a ambos lados del barco. Saltaban de vez en cuando por encima de la superficie del agua y en ocasiones realizaban figuras acrobáticas. Los pasajeros gritaban con alegría y satisfacción. Los delfines también parecían felices de estar con nosotros. Luego se cansaron, o tenían otras razones, pero nos abandonaron. El calor del sol, la brisa marinera y el vaivén de las olas me hacían sentir totalmente relajado.
De repente, el barco se detiene, todos sacan sus cámaras de fotos, se acercán a los extremos de la embarcación, observán atentos el agua. Yo los imita y entonces los ví, primero como pequeñas manchas que aparecen y ...