MI APRENDIZAJE (Quinta parte)
Fecha: 26/08/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Hernando, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... espectáculo, frente a mí, y el placer de cachar por primera vez a un niño, me hizo redoblar mis embestidas. Mi pinga entraba y salía del culo de Adrian ritmicamente. Los gemidos de la putita se mezcalban con los ruidos de succión que salían de su boca. Nunca habría imaginado un trío como este. Muy rapidamente sentí que estaba a punto de eyacular. Saqué mi pinga del ano de Adrian, me quité rápido el condón, y apunté con mi glande el agujerito todavía abierto de Adrian. Me vine en una extraordinaria explosión de semen. Me sorprendió que tuviera tanta leche en mis bolas... Carlos no se perdió nada del espectáculo :
- "Vamos, chico ! Eso... váciate ! A esa putita, ya lo sabes, le encanta ser inseminada !... Buena lechada ! Te felicito... Ya terminaste, amigo ? Dáme tu lugar... quiero también partirle el culo.
En tres segundos, Carlos me había reemplazado, y sin siquiera ponerse un condón, ensartó su pingón en el agujero de Adrian. El chibolito no se quejó, por haber el ano ya bien abierto y además lubricado con mi esperma. El pollón se hundió sin ninguna dificultad. Es cierto que el calibre de nuestras pingas no era el mismo, y Adrian, después de unos instantes de nuevo se puso a llorar. Carlos, me hizo entender como un activo debía comportarse con las pasivas lloronas. Fingió de no oír las súplicas del chibolo y continuó golpeando sus nalgas ...
... sin parar. Su pingón deslizaba dentro y fuera, torturando las paredes del ano del chibolito... Y en ese momento ví algo increible : la verga de Adrian recuperó su rigidez y, de repente, dejó brotar una serie de chorros de leche que estrellaron contra su vientre. El chibolito no se había pajeado, ni siquiera tocado el pene o acariciado las bolas. Su orgasmo era puramente anal, como cuando Carlos me había hecho un masaje de próstata. En el caso de Adrian, era el enorme pingón de Carlos que le había masajeado la próstata !
Este espectáculo fue para Carlos el detonante de su proprio orgasmo. Él no había eyaculado en la sala de video esta tarde, tampoco los días anteriores, a pesar de nuestros juegos sexuales, de día y de noche. Hasta ahora no se había vaciado las bolas, y cuando llegó el momento inundó - no hay otra palabra - vientre, pecho y cara del chibolito. Adrian se apresuró, y recogiendo con los dedos el semen arrastrado en su cuerpo, se puso a tragarlo con ansia, lamiendo su mano con deleite. Me ofreció sus dedos para compartir un poco de esperma del semental.
- "Ya lo has probado ?... es una delicia ! Debe contener un montón de vitaminas !... jajaja... Que rico !"
Debo reconocer que estaba totamente agotado, y mis compañeros también parecían no poder más. Nos quedamos acostados, uno contra otro, sin hablar... y el sueño nos ganó.