1. Café con leche... mucha leche ! (II)


    Fecha: 11/09/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Hernando, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    Cuando salí del cuarto de Juan, ví a los tres bien ocupados... Felipe, el más joven, estaba sentado, en cueros, en un sillón. Frente a su rostro quedaba la magnífica verga de su amigo Luisito, bien endurecida, un pene largo, oscuro, con un capullo medio descubierto. Felipe acercaba su cara para dar unas lamidas morbosas al falo de su amigo. Lo hacía con mucha dedicación, desde la base de las bolas hasta terminar con un pequeño beso en la punta. Fernando, sentado de frente a los dos muchachitos, preguntó al más joven :
    - "Te gusta la verga de Luisito, eh ?... verdad que tiene un rico sabor... y huele a macho ! Como la mamas rico !"
    Y luego se dirigíó a Luisito :
    - "Y a ti, Luisito, te gusta como te la chupa ?... Eres tú que le enseñaste mamar ?... Qué buen maestro eres !..."
    
    Carajo ! desde el primer minuto los tres me ponían a mil ! Y de nuevo tenía mi cosa bien dura. Felipe bajó una de sus manos para ponerla entre sus piernas, debajo de sus huevitos, como buscando su hoyito. Mientras con la otra sostenía el falo erecto de Luisito, lo acariciaba y lo acomodaba para apuntarlo frente a su ano. El niño flexionó sus piernas, las abrió más, dejando el panorama pleno a Luisito y a Fernando. Recargando sus brazos en el respaldo del sillón, Luisito se inclinó para embestirlo de frente. Fernando le ayudó con su mano a ensartar su pene hambriento en el lugar preciso... Y luego ví como sus manos apretaban las nalgotas de Felipe, con gran fuerza, para que Luisito pueda penetrarlo ...
    ... a fondo. El niño se puse a gemir bajo, como sí el dolor no fuera insoportable...
    
    Aquel espectáculo fue un subir y bajar de emociones para mí. Escuchar los gemidos de ese niño, ver como entregaba su culo, de forma natural, a un chico apenas mayor que él, por puro placer, escuchar como Fernando acompañaba con el ruido de su acelerada respiración cada bombeada de Luisito, todo contribuiba a excitarme al máximo. Y qué gozo ver a Felipe aferrarse del sillón en señal seguramente no de dolor sino de puro placer. Me hacía pensar por momentos en ser yo mismo el que lo estuviera cogiendo de esa manera... 
    
    Luisito cumplió con creces. Aguantó un buen rato dandole de frente. Luego, con la ayuda de Fernando, lo puso de perrito contra el sillón, haciendolo gemir más fuerte. Así le dió todavía unos minutos más, hasta que intempestivamente se salió de él y continuó masturbándose para no acabar en su interior. Fernando, como hombre siempre muy servicial, terminó de pajearlo hasta que Luisito comenzó a descargar largos chorros de leche que el dueño de casa tuvo que esquivar para que no le cayeran encima. Los trazos de esperma salpicaron el vientre, el torso y la cara de Felipe. Vaya lechada !
    
    Fernando no aguantó mucho tiempo. Dejando de lado a Luisito, y tomando su lugar frente a Felipe, ensartó su falo bruscamente en el culote del niño, haciendole dar otro pequeño grito. Lo cabalgó, jadeando ruidosamente, un buen rato hasta que se lo sacó y acabó entre sus nalgas. Su semen chorreaba ...
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