Don Alfredo.3
Fecha: 24/09/2020,
Categorías:
Primera Vez
Tus Relatos
Autor: Pedro, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... masturbar . El viejo sátiro al ver todo esto se incorpora un poquito, y me siguió poniendo crema en la cola un Dios su dedo a mayor dentro mío arrancando un gemido, y yo ya estaba pronto a acabar, el viejo metía y sacaba un dedo y luego dos, parecía que hasta con rencor o bronca le daba, sería porque no tenía la poronga lo suficientemente dura como para penetrarme en ese momento, esa jugada evasiva me había salido bien por lo tanto mi culito, dura día sano unas horas más. No aguanté más y solté varios chorros de leche que cayeron fuera de la cama, y caer rendido al lado de Don Alfredo. Nos fuimos acomodando despacito hasta que quedamos acostados en posición cucharita, el detrás mío y afirmando su cacho de carne flácido en mi zanja, así quedamos dormidos, serían como a las 10:00 de la mañana del sábado cuando me desperté, y lo tenía a Don Alfredo en igual posición , los dos de costado el detrás mío abrazándome, pero su terrible herramienta no estaba tan flácida como cuando nos quedamos dormidos, la tenía media boba, pero siempre dentro de mí zanja apretada, Yo tampoco me quería ir de esa posición mi erección ya estaba siendo muy palpable, no sólo que no me aterrorizaba la idea que el viejo me cogiera devuelta, sino que parecía como que me había olvidado lo mucho que me había dolido la cola cuando el viejo me penetró. Eso me provocaba una cierta calentura, y el morbo de que el viejo me cogiera devuelta. Este roncaba muy cerca de mi oído, instintivamente empecé a mover mi ...
... cola como si frotas con mi raja toda esa barra de carne, cada vez más la sentía dura, me di cuenta que el viejo se estaba despertando, porque afirmó aún más sus brazos para apretarme para así, y comenzó a hacer unos movimientos pélvicos, era claro que los dos estábamos calientes de vuelta, el viejo comenzó a besarme la espalda, mientras que direccionaba al monstruo hacia mí colita. Sus ronquidos se transformaron en jadeos, en sus pequeñas embestidas me arrancaban pequeños gemidos, exhalaciones que el viejo lo enloquecía. Con su mano derecha la tenía por debajo de mi cuello y la pasó hasta mi pecho apretando mi tetilla izquierda mientras que con su mano izquierda la llevó para apuntar definitivamente ese monstruo que lo tenía durísimo, Nicola conservaba la viscosidad que le había dejado la crema que me había puesto la noche anterior, esto sirvió como gran lubricante para que el viejo sea con su poronga en la puerta de mi agujerito me tomara con la mano izquierda de la cadera y me empezaste apretar despacito despacito para que esta entrara. Fue la primera impresión que me pareció que causó un poco de dolor, y el viejo se detuvo ante un grito mío, shhhh! Callate la boca que no te de haber dolido tanto ,me dijo. Ya lo de razón tenía el viejo se había quedado quieto pero la cabeza del monstruo yo ya la tenía dentro mío, instintivamente y para sorpresa de los dos, comencé a moverme despacito, y eso al viejo lo fue volviendo loco, ya no me aterrorizaba que me estuviese cogiendo, lo ...