1. El mejor sexo anal de mi vida


    Fecha: 08/12/2017, Categorías: Anal Confesiones Autor: Amyloca91, Fuente: CuentoRelatos

    ... entrar en mi ano, me empezó a doler, y mientras más entraba más me dolía, sentía agónicamente como cada centímetro de su pene se deslizaba a por mi esfínter y a través de mi recto. El dolor se estaba volviendo insoportable, le pedí que se detuviera, pero no me hizo caso y siguió metiéndomelo lentamente. Empecé a sudar muy frio y me temblaban las piernas, sentía que me iba a desmayar del dolor, cuando en eso sentí como su pelvis chocó con mis nalgas, significaba que ya me la había clavado completa. En ese momento yo estaba casi en estado de shock, si bien mi excitación era enorme, el dolor que esa verga me provocaba era demasiado, tenía ganas de salir corriendo pero mis piernas no respondían, estaba literalmente empalada, entonces el comenzó a masajear mis nalgas y a sacar lentamente su verga, no sacó ni la mitad cuando la empezó a meter de nuevo, y así, muy lentamente empezó a moverse. Yo aullaba del dolor, y trataba de contener el llanto con todas mis fuerzas, y después de un par de minutos de dolor insoportable, justo cuando me iba a romper a llorar como una niña, el dolor comenzó a disminuir lentamente y el placer hizo acto de presencia. Yo supongo que él se daba cuenta de mis reacciones, porque conforme me tranquilizaba y el dolor disminuía, él iba aumentando el ritmo poco a poco. Y como les dije, mientras menos me dolía más rico sentía, la verdad es que nunca dejó de dolerme del todo, pero si llegó un momento en que el placer comenzó a dominarme, casi sin darme cuenta, ...
    ... él se había quedado inmóvil de nuevo y era yo la que empujaba mi culo contra su verga, él estaba estático y era yo la que me ensartaba y me zafaba de aquel fierro maravilloso. El mundo se me olvidó y empecé a emitir gemidos de placer, que pronto se convirtieron en gritos desaforados, no sé si alguien me escuchó afuera y no me importa si así fue. Yo lo estaba disfrutando demasiado, más que nunca antes. Entonces sentí que me tomaba por las caderas y él comenzó a llevar el ritmo de nuevo, entonces se inclinó sobre mi, metió sus manos por debajo de mi blusa, levantó mi brassiere y comenzó a acariciar mis senos. Los apretaba y los soltaba, pellizcaba mis pezones y los retorcía cuidadosamente, los apretaba con la yema de sus dedos y luego los apretaba para que se pusieran duros de nuevo, todo esto sin dejar de meter y sacar su verga de mi culo. La verdad no se cuanto tiempo pasó, pero si sé que fue un muy buen y largo rato, un par de veces sacó su verga para lubricarla con mi saliva, y me la volvía a meter completa de un solo golpe, lo cual me sacaba un gritito de dolor, pero el placer seguía siendo enorme, y mientras me lo seguía metiendo y sacando con gran intensidad, sentí el primero de los 3 orgasmos anales que tuve ese día, fue absolutamente mágico y maravilloso. Repito, no sé cuánto tiempo pasó, pero cuando yo ya estaba orgasmeada del culo y completamente empapada en sudor, el me sacó la verga, me giró de frente a él y me hizo que me arrodillara de nuevo, cuando tuve su pito ...