Socialización en el Colegio Mayor
Fecha: 10/12/2017,
Categorías:
Fetichismo
Autor: VampireGorilla, Fuente: SexoSinTabues
Ella acababa de llegar al Colegio Mayor, con esa camiseta gris que dejaba entrever sus grandes pechos, con esos pantalones vaqueros ajustados para sordomudos y esa sonrisa de ilusión que poco iba a durar. Se despidió de sus padres con dos besos, y entró al edificio La conserje le dio su llave, y la miró de un modo casi paternalista. -Vienes nueva hoy, ¿eh? -Sí, a estudiar Medicina-explicó con una sonrisa blanca e inocente en su morena piel-. Me costó bastante entrar aquí, ¿sabe? Es un colegio de prestigio, o eso tengo entendido. -Sí, sí. Bueno, te quedan una semana de novatadas, ¿lo sabes? Asintió con la cabeza, algo asustada: había oído hablar cosas terribles de ellas, al principio incluso había querido alquilar un piso en la ciudad para no tener que pasarlas. Por suerte, había visto comentarios en Internet sobre la realidad de esas prácticas: solo en algunos colegios eran tan bestias. En otros, como ese donde se encontraba, eran chorradas como besar a un chico, aprenderse los nombres de los veteranos… y no ese infierno de otros sitios. -Sí, lo sé. -Bueno, ten cuidado-dijo con una sincera preocupación. Luego, se despidió de esa colegiala, nuevamente aterrorizada. Dejó su maleta y entró al comedor. Todavía no era la hora de comer, así que no había nadie. Era una lástima, porque quería conocer gente, pero ya vendrían. Miró a las cocineras, que la veían como a una oveja para el matadero. Se estremeció: ¿era ella o hacía frío? Sus pezones se endurecieron, y se dejaron ver a ...
... través de la camiseta. También se dejaron ver una chica y un chico. La chica tenía una mirada dura, adulta, a pesar de que no parecía mayor que ella. Gateaba, y en sus ojos se podía ver cómo se le había corrido el rímel. Se movía de un modo mecánico, casi como una zombi que no sabe lo que necesita para vivir. El chico le iba dando ligeros empujoncitos con los pies. Era alto, con barba y una mirada que parecía babear con ella. Tuvo el impulso de salir corriendo de allí, pero se mantuvo allí. Sabía que esos rituales eran fundamentales para conocer gente. -¿Eres nueva?-le preguntó él, con una sonrisa tranquilizadora, pero sin dejar de mirar sus pezones. -Sí… sí, soy nueva-respondió nerviosa. Físicamente, ese tipo era repugnante. -Bien. Preséntese, escoria nº 23. La chica, una rubia preciosa vestida con una camiseta demasiado corta, se levantó y la miró con esos pozos negros en los que se habían convertido sus ojos. -Soy escoria, una novata, lo más bajo de la humanidad. Soy Alicia, de Logroño, estudio Relaciones Internacionales. Me gusta comer pollas, muchas pollas-sollozó, y el veterano le dio una cachetada en el culo para que continuara-. Soy la más puta de to… todo el colegio, aunque espero que puedas superarme. ¿Por qué no huía? Su corazón se lo estaba pidiendo, pero su cerebro no se lo permitía: se tenía que tratar de una broma. Lo estaban haciendo para asustarla, ese lugar tenía buena fama. -Escoria nº 24 será su nombre por esta semana. Debe añadir sus datos a la presentación, ...