Solo una hembra en celo
Fecha: 15/12/2017,
Categorías:
Incesto
Sexo con Maduras
Autor: Analopez1, Fuente: CuentoRelatos
... calientes. -¿Qué tan calientes bebé?, le pregunté con una amplia sonrisa. El tomo mi respuesta como un permiso para tocarme, me tomó del brazo, y me arrincono contra la pared, me beso en el cuello suavemente. Una mano hurgo en mi falda buscando mi sexo. Sentí mi vagina completamente empapada de deseo y lo bese en la boca. Note que su miembro estaba duro como una roca. Era evidente que estaba muy excitado. Sentí mis pezones hincharse bajo la seda, bajo la influencia del deseo. Soy una mujer con hambre de sexo, y ese jovencito adivinaba en mí, a una hembra en celo. Mi sobrino me observaba desde la mesa y me sonreía constantemente. El joven se percató de ello y me preguntó con quien había venido, le conteste que con mi sobrino, y que con él que me unía una relación muy especial, remarcando la palabra especial. Para ser más gráfica, pasé mi legua por mis labios, guiñándole un ojo. Mientras pasaba mi dedo índice por su pecho. -¿Y él no se pone celoso? Me preguntó -No, a él le gusta verme muy cariñosa con mis amigos, le respondí -¿Con tus amigos? Ah, ya entiendo. Tal vez tu sobrino y tu puedan tomar unas copas conmigo y mi amigo, y demostrarnos cuan cariñosa puedes ser, me dijo guiñándome un ojo -Me encantaría, suelo ser muy cariñosa, le susurre pasándole la lengua por su oreja. Fui a sentarme en mi mesa. Y los dos jóvenes se unieron a nuestra mesa, luego de las presentaciones y de una charla caliente de índole sexual nos fuimos a mi departamento. Llegamos al departamento y nos ...
... servimos unas copas, pasamos a la habitación y los jóvenes se sentaron en la cama y mi sobrino en una silla con un vaso de whisky y su cámara de fotos a observar el show que su caliente tía le ofrecería en breve. Me senté entre mis dos amantes y bebí unos sorbos de whisky, mientras uno comenzó a desabrocharme la blusa, para poner al aire mis pechos hinchados para poder acariciarlos. Me saque la minifalda y separé mis piernas. Alternativamente, la mano de los jovencitos tocaban mi sexo y separaban mis labios brillantes y húmedos y acariciaban mi clítoris, arrancándome suspiros de placer. Mientras uno de los negros me besaba, el otro se levantó y se quitó la camisa, el pantalón vaquero y el calzoncillo, dejando a la vista su hinchado pene Se recostó en la cama y me tomo de los cabellos llevando mi boca hacia su pene, mientras el otro joven se desnudaba. Me volví para ver la reacción de mi sobrino, él respondió con una sonrisa, sabía que esos negros podían disfrutar de mí y hacerme lo que quisieran... Mi lengua disfrutaba de esa poderosa y caliente barra de carne negra, saboreándola con placer Su amigo acarició mi esfínter anal con un dedo y lo pasó a lo largo de mi línea hacia abajo, en dirección a mi vagina, y lo introdujo entre mis labios húmedos, diciendo que estaba dispuesta, como una perra en celo. Y empezó a lamer mi vulva y el ano alternativamente, su lengua áspera se insinuaba en mi agujero. Sus manos grandes separaban mis nalgas para deslizar su lengua entre mis dos ...