1. La reeducación de Areana (28)


    Fecha: 20/12/2017, Categorías: Dominación Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... vaginales para poder introducir a fondo su lengua mientras detrás de ella esperaban Areana y Lucía para continuar la ronda, y la ronda continuó bajo la mirada atenta de Amalia y la vigilancia de Milena, que empuñaba con firmeza el rebenque y deseaba que alguna de las perras flaqueara para tener el gusto de darle un buen rebencazo, pero no hizo falta. Por el contrario, las esclavas lamían con evidente placer esas conchas de las cuales manaba abundante flujo que las tres bebían ávidamente mientras el aire se poblaba de los jadeos, gemidos y exclamaciones obscenas de las invitadas. En determinado momento y viendo cómo temblaban las hembras, Amalia consideró que había que dar el paso siguiente. Entonces batió palmas y cuando las perras detuvieron sus lengüetazos y entre las hembras se oyeron algunas protestas, dijo con tono imperativo: -Óiganme, mis queridas, ahora se van a poner en cuatro patas, mirando hacia afuera del círculo, para que mis perras les hagan sentir sus lenguas en el culo… La orden de Amalia provocó el caliente entusiasmo de las invitadas, que de inmediato adoptaron la posición indicada y entonces un rebencazo de Milena en el gran culo de Eva fue la señal de partida. Margui exhaló un largo gemido que se hizo grito cuando la lengua de Eva comenzó a deslizarse por entre sus nalgas y enseguida horadó su diminuto orificio anal. Fue tan intenso el placer que le costó mantenerse sobre sus manos y rodillas sin caer al piso. Un rebencazo de Milena en el culo de Eva le ...
    ... indicó que debía desplazarse hacia la siguiente invitada, que era Zelmira, mientras Areana la reemplazaba con Margui. Así siguió la ronda, con las tres perras lamiendo y besando excitadísimas esos orificios anales y ansiando el orgasmo mientras sus conchas eran cataratas de flujo y el temblor de sus cuerpos era indicio de calentura extrema percibida por Amalia, Elena, Milena y Marisa, que no dejaban de tocarse. Fue Marta quien de pronto pidió con voz enronquecida mientras se masturbaba con dos dedos al tiempo que las lenguas en el culo la enloquecían: -Amalia… ¡Amalia, por favor!... ¡Quiero acabaraaaaaaaaaar! El Ama lanzó una carcajada y dijo, gozando del dominio que ejercía sobre la situación, las invitadas y sus tres perras: -Todo a su tiempo, mi querida… ¡Todo a su tiempo!... –dictaminó y de inmediato dispuso el paso siguiente: -Échense todas de espaldas, que las perras van a tomar la teta… -y las invitadas obedecieron sin vacilación alguna para comenzar a sentir en sus pezones duros y erectos los labios y la lengua de las esclavas, que iban desplazándose estremecidas de excitación de una a otra de las mujeres. El aire se pobló entonces de gemidos, jadeos y algún chasquido del rebenque de Milena sobre uno u otro de los apetecibles culos de las esclavas, cuando alguna de ellas se demoraba en exceso sobre determinadas tetas. Amalia ardía de calentura y manoseaba a Elena casi sin cesar hasta que la agasajada se quitó las ropas y le rogó al Ama que hiciera lo mismo. Sólo Marisa ...
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