Primitas putitas
Fecha: 28/12/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... mientras me nalgueaba diciendo: ¡comé bebita, sacale la leche a este nenito de mamá, y petealo bien!, mientras le daba tetazos en la cara. Le saltó toda la leche cuando comencé a pajearlo contra mis tetas babeadas por mi primita después de devorarse mis pezones. Siempre le gustaron, desde que comencé a desarrollarme, y nunca me reusé a que me las toque. Esa noche mientras subíamos al lujoso auto de Caro sentí que abandonaba por completo a la nena inocente que miraba dibujitos comiendo churros en la merienda, y que me convertía en un objeto deseado. Me excitaba eso, y más el sabor de las gotas del semen del caretita ese en los labios. Al otro día caminábamos viendo vidrieras, ella me dijo: ¡andá y parate al lado de esos viejos en el kiosko, hacé lo que quieras pero calentalos! Eran dos cincuentones feos pero trageados y con cara de ricachones. Crucé la calle y me les puse en frente. Me agaché para que me relojeen las tetas, ya que andaba solo en musculosa, y hasta liberé una del corpiño. Los dos posaron sus manos en mis hombros, y uno balbuceó: ¡qué linda sonrisa tenés mocosa! Corrí hasta donde me esperaba Caro y ellos me siguieron. Pronto los 4 subimos al auto de mi prima y dimos unas vueltas por la ciudad, hasta que llegamos al departamento. Nosotras bajamos, nos cambiamos en el ascensor y volvimos al auto, yo vestida de bebota y ella de mucamita. Los viejos miraban boquiabiertos cómo lentamente Caro me llevaba a upa al coche, me dejaba en pañales y baberito. Me hizo lamer ...
... un chupete, me hizo fumar y, en menos de lo que creí se la chupaba a uno de ellos mientras ella saltaba sobre la falda del otro, comiéndole la verga con su sexo, todos bien apretaditos en el asiento trasero. Luego ella empezó a pedir una pija en el culo, y yo no lo soporté. Me quedé en tanga y me senté en la poronga que ensalivé laboriosa para subir y bajar emputecida de celo, mientras el otro le perforaba aún más su colita preciosa a Caro. Al tipo lo hice acabar acelerando mis movimientos cuando Caro me pedía que la pajee, sin detener su ampulosa cogidita anal. Ni bien ellos nos regaron con su semen agitado y nervioso, nos pagaron y huimos tras dejarlos en la ruta. La semana siguiente Caro me llamó desesperada para que me bañe urgente, porque fuimos invitadas a una fiesta privada. Nunca supimos lo que se festejaba. Pero los de seguridad conocían a Caro, y según ella son sus mejores clientes. Esa vez me puse mucho perfumito y labial como ella quiso, pero antes de ponerme el jean ajustado, ella se sacó su tanguita y me pidió que me la ponga. Eso me descolocó por completo, y desde entonces siempre uso sus bombachitas. Ella, lucía unas calzas brillantes con unos pomponsitos en la cola, y una remera bien escotada. Entramos enseguida, y fuimos casi invisibles para los invitados, pero no para un grupito de guachos que no hacían más que mironear mis tetas bamboleando al ritmo de la música, tanto como el culo de mi prima, y beber cerveza. Cuando Caro me dio la orden me les arrimé. ...