Primitas putitas
Fecha: 28/12/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... ¡hola chicos… ¿por qué en vez de mirarnos tanto no nos llevan al patio y nos hacemos unos mimitos?, aprovechen que estamos calentitas!, les dije mientras disimuladamente le tocaba el paquete a uno de ellos. Nadie dudó en lo más mínimo. De pronto eran 5 pijas al aire, creciendo y goteando juguito, sacudiéndose entre sus manos en un baño, y nosotras dos arrodilladas en el suelo nos dedicamos a petearlos como locas. Caro se quedó en calcita y yo en tetas para fregarnos todas contra esos trozos de carne tiesa, y en cuanto nuestras bocas se abrieron para chupar, lamer, escupir y oler tanta sabia varonil, un coro de gemidos, guarradas y respiraciones nos puso más loquitas. La lechita de todos esos alzados nos inundó después de que Caro me bajó el pantalón para que me castiguen la cola con sus látigos hinchados, luego de que ella les hiciera una turca tremenda, y cuando empezamos a pajearlos con la boca y las manos fue una guerra seminal que hasta nos manchó la ropa. Pero esa noche levantamos 3000 pesos. Ella sabe cómo cobrar. Así mi prima me arrastró al vicio de coger por plata, de conocer distintos sabores y tamaños, y de seleccionar más y mejor a la víctima. Una vez un cuarentón nos contrató para mamársela en su depto, pero el muy puerco no nos dejaba ir. Estuvimos 4 horas peteándole esa pija imponente y cada vez más lechera. Le sacamos 7 polvitos y 4000 manguitos, ella vestida de mucamita y yo de colegiala. Al vieji le encantaba que le tire el humo del cigarrillo en la boca y ...
... le hable como nenita, mordiéndole la oreja mientras Caro se la ordeñaba con la boca. No éramos de coger en la calle como putas baratas, pero una vez que yo estaba sola me calentó un pibito que salía de un gimnasio, y me le tiré. Después de tranzármelo en la placita, mi cerebro se bloqueó y no pude más que correrle el jogging y meterme su pija transpirada en la boca. No paré hasta sentir las burbujas de su semen cremoso en mi garganta. Le cobré 50 pesos, y cuando se lo conté a Caro casi me mata por regalarme así. Pero todo cambió entre ella y yo después de la despedida de soltero en la que nos contrataron. Tal vez haya sido por su exceso de whisky, o mi mambo con el licor de menta, nuestras bebidas favoritas. Aunque, igual la pasamos genial. Esteban nos eligió para enfiestarnos con su amigo David, que se casaba al día siguiente. Aceptamos de una porque la plata nos sedujo. Ese día ella fue en shortsito con brillitos y musculosa, y yo de calza y remerita mojada, y orgullosa con la tanguita de mi prima rozando mis labios vaginales. Fue en la casa de Esteban, y eran solo 3. David, el agasajado, Esteban y Marcos. Llegamos a las 2 de la mañana, cuando ellos estaban más que entonados por el faso y los tragos. Nos pidieron que nos comamos a besos, y Caro no quiso saber nada. Pero bastó que le ponga las lolas desnudas en la cara para que su boca ruede por mis hombros y mi cuello, para que envuelva mis pezones y endulce mis oídos cuando me decía: ¡cómo te gusta usar la bombachita de la ...