Mis machos del campo (quinta parte)
Fecha: 30/12/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: chabelita, Fuente: CuentoRelatos
Pasaron varias semanas sin tener oportunidad de tener a mis tres chicos juntos, me conformaba con alguna escapada en que alguno de los tres me cogía rápidamente, pero hacia frio y yo necesitaba sentir piel sobre mi piel, no podíamos desnudarnos en el monte, casi siempre era igual, yo apoyada contra un árbol con los pantalones bajos hasta la rodilla y el chico de turno, agarrado de mis tetas cogiéndome de atrás. Eso me tenía angustiada y me hizo repensar todo de nuevo. En más de dos meses, Luis solo tuvo un viaje al pueblo, que por supuesto aprovechamos con los chicos para una fiesta a la que me había hecho adicta, esos cuerpos grandotes y fuertes me enloquecían, que me hagan de todo, tragar y sentirme bañada y llenos mis orificios de su leche tibia me ponía en un estado de éxtasis indescriptible. Pero solo fue una vez en tanto tiempo. El frio había llegado y ya no tenía a mis chicos en la ventana y yo durmiendo desnuda, alguna noche que no resistía la calentura iba al cuarto de Luis, cogía con él, pero permanentemente pensando en los encuentros con mis machos, eso me hacía acabar como nunca antes con Luis, al que noté sorprendido por mi reciente ¨fogosidad¨, claro, creía que era por él, pero los orgasmos me venían recordando lo hembra y lo puta que me hacían sentir mis dueños. Una mañana don Carlos estaba en el campo con los muchachos, regresó solo y me llamó a la oficina porque necesitaba mi ayuda, cuando entre, el sentado al frente de la PC me mostro un cuaderno y sus ...
... anteojos rotos, se me cayeron al entrar dijo resignado, agregando si yo podría archivarlo en el pendrive que luego el llevaba al pueblo, fui hasta donde él estaba sentado, esperando que se pare para ocupar su lugar frente a la máquina, pero él se quedó sentado, me tomo suavemente de la cintura y me sentó en su falda, sorprendida y nerviosa, no dije palabra y empecé a pasar los datos, el levanto mi abrigo suavemente y acaricio mi vientre hasta llegar a mis tetas, ahí sentí la dureza de su pija en mi culo, yo estaba muda, pero me acomode sobre el de modo de sentirlo justo donde me gustaba, me refregaba sobre sus piernas y escribía como podía, ya que estaba tan caliente que se me nublaba la vista, el acariciaba mis pezones con una mano mientras con la otra en mi entrepierna me acariciaba sobre el pantalón. Fue evidente cuando acabé, porque tire mi cabeza para atrás, mi mejilla quedo pegada a la suya, seguíamos sin decir palabra, cuando el notó que me calme, me tomo suavemente de la cintura y me hizo incorporar, camine hacia la puerta y en ese momento él me dijo: Isabel, estoy loco de deseo por Usted, volví sobre mis pasos, le di un beso suave en la boca y me marche sin decir palabra. No entendía que estaba pasando, si bien había notado antes las miradas de don Carlos nunca imagine que un hombre como él se fijaría en mí, no me podía quitar eso de la cabeza cuando ya al mediodía entro con mi marido que lo había invitado a almorzar con nosotros. Yo no podía mirarlo a la cara, porque ...