1. Seducida por un maduro (yo 18 años)


    Fecha: 01/01/2018, Categorías: Sexo con Maduras Confesiones Autor: Ale20, Fuente: CuentoRelatos

    ... manos tocando mi panocha y su lengua en mi oído. Estaba ya tan excitada que decidí por mí misma que ya era hora de que su verga me penetrara. Ansiaba ya ser suya. Entonces, me sostuve del tubo de donde se cuelgan las toallas dentro del baño, y me empiné para que el pudiera obsérvame y penetrarme profundamente de la mejor manera. Sentí que se colocó atrás de mí tomándome de las caderas, y creí que la hora había llegado: fin a varios meses de sequía sexual. Pero eso no sucedería, me haría esperar aún más. Puso su verga en medio de mis dos nalgas y comenzó a frotarla, subirla y a bajarla, masturbándose entre ellas. Jamás me habían hecho eso y aceptaré que me encantó. Siguió masturbándose entre ellas cuando me jaló del cabello hacía él. Fue algo brusco pero me gustó. Me tomo con sus manos las dos tetas, voltee a verlo y nos fundimos en otro excitante beso de lengua mientras seguía el movimiento del roce de su verga entre mis nalgas. Me dijo al oído “aún no putita” refiriéndose a que me iba a hacer esperar más antes de que me cogiera. Me volteó de frente a él, puso sus manos sobre mis hombros y presionó hacia abajo. Enseguida entendí la indirecta: quería que se la mamara y obvio que iba a hacerlo, me encanta mamar una buena verga. Procedí a hincarme frente a él quedando su verga erecta enfrente de mi cara. Le jalé la piel de su verga hacia atrás y empecé a lamerle el largo con mi lengua. De vez en cuando lo volteaba a ver y parecía hipnotizado observándome como se la mamaba. ...
    ... Llegué con mi lengua a la punta del glande y comencé a hacerle círculos alrededor de ella. Entonces comencé a metérmela lo más que pude dentro de mi boca rozando con mis labios cada centímetro de ella. Voltee a verlo y ya no me observaba, tenía la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados disfrutando mientras le caía agua sobre ella. Entonces empecé con el trabajo de adentro afuera, mamándosela, chupándosela y succionando. A veces se la sacaba de mi boca y se la sacudía contra mi lengua y regresaba a mamársela de nuevo. Me cansé un poco y lo comencé a masturbar con mis manos mientras bajaba a lamerle y succionarle sus testículos con mi boca. Muchas veces había terminado a mis parejas jóvenes así y pensé que a él igual lo acabaría por las expresiones y jadeos que hacía. El agua bajaba por su cabeza y su cuerpo mientras yo continuaba mi trabajo de felación. Hubiera sido una gran decepción que se viniera en mi boca, que aunque es excitante, yo no quería esperar a que él se recuperara de esa primera eyaculación. Sin embargo, él aguantó, cosa que me sorprendió y excito aún más. Sabía que él tenía buen control de si mismo y que me esperaba la cogida de mi vida. ANSIEDAD Me ayudó a levantarme del piso y volvió a cargarme de las piernas. Salimos de la ducha. Caminó un poco y me aventó sobre la cama. Yo aún escurría en agua. “Ya es hora”, me dije. Me acomodé boca arriba quedando mis nalgas al filo de la cama, separe las piernas lo más que pude y con mis dedos me abrí los labios vaginales ...
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