-
Seducida por un maduro (yo 18 años)
Fecha: 01/01/2018, Categorías: Sexo con Maduras Confesiones Autor: Ale20, Fuente: CuentoRelatos
... para él. Le dije: “Ya métemela toda por favor”. Se limitó solo a sonreírme y a menear la cabeza en negación como si desaprobara lo que había hecho. Quizá pensaba: “mira nomas como te tengo cuando te hacías la difícil, putita”. Se acercó y se posicionó entre mis dos piernas, me observaba la panocha. Me puso su verga sobre mi monte de Venus y comenzó a golpearlo, sacudirlo contra él. Observaba maravillado mi puchita recién depilada y sonreía mientras yo cerraba los ojos y lo maldecía por hacerme esperar tanto. Después sentí que me rozaba con la cabeza de su verga mi clítoris, la frotaba contra él y me hacía enloquecer aún más. Comenzó a poner la punta de la verga en mi panocha y presionaba poquito hacia dentro, la hora había llegado, ya estaba saboreando la sensación de que algo duro y caliente resbalara dentro de mi vagina. Pero no, cuando vi se había hincado en medio de mis dos piernas: se disponía a mamarme mi panocha. Comenzó lamiendo el interior de mis piernas. Deslizaba su lengua en todo lo largo de ellas poniéndome la piel de gallina y deseando cada vez más que insertara su lengua en el interior mío y lamiera mis paredes vaginales. Me besaba el Monte de Venus, lo lamia mientras me decía que adoraba a las putitas depiladas, que se notaba que no tenía ni un día que lo había hecho y tenía razón, no habían pasado ni 24 horas en las que me había depilado completamente pensando en la satisfacción y lo estético que le parecería a él cuando me estuviera cogiendo con su linda ...
... verga. Llegó el momento en que ya lamía mis ingles haciendo la espera interminable. Se decidió a ocuparse de mi vagina y pasó su lengua rápidamente de abajo hacia arriba. Cuando lo sentí, respingue y di como un pequeño brinco por el rápido roce de su húmeda lengua contra mi clítoris. Me estaba ya mamando mi pucha y fue una experiencia inolvidable: me comía completita. Me pasaba su lengua desenfrenadamente por mis labios vaginales, la sumergía lo más que podía dentro de su orificio y literalmente hacia un mete-saca con ella: me cogía con su lengua. Yo me aferraba a las sabanas de la cama mientras disfrutaba esa sensación que casi me hacía terminar. Cuando terminó de hacerme ese delicioso oral se levantó. Noté como su verga seguía esplendorosamente erecta y me dijo: “ponte en 4 perrita”. Ni siquiera rezongué. Enseguida puse mis antebrazos y rodillas sobre la cama, arqueé la cintura y cadera hacia abajo parando el culo lo más posible y dejando a su visibilidad mi completa vulva a su disposición. PROFUNDIDAD Por fin había llegado el momento de la tan ansiada penetración. Momento en el que una dura verga profana una caliente vagina. Minutos de incontrolable placer en el que una verga es succionada y remojada en los cálidos jugos de una panocha ardiente. Momento en el que carne con carne entran en roce y la consciencia se pierde por el placer. Lo digo porque él empezó a rozarme su verga en mi panocha nuevamente, haciéndome esperar y enloquecer. Más yo ya estaba fastidiada y ansiosa. ...